En un hecho casi sin precedentes en la historia de la Justicia en , una perrita fue citada como testigo del juicio por maltrato animal abierto contra su antiguo dueño, al que se le acusa de haberla arrojado a la basura encerrada en una maleta. El insólito hecho quedó grabado en video y se volvió en .

Durante la audiencia, celebrada en el Juzgado de lo Penal número 1 de , la magistrada Sandra Barrera sorprendió a la concurrencia y al mundo entero al pedir que ingresara “la testigo perjudicada”, un perrita de raza pitbull llamada ‘Milagros’.

Francisca Sánchez, fiscal de Medio Ambiente de la provincia, aclaró que si bien “la testigo no puede hablar”, tanto la acusación pública como un médico forense, que expusieron las lesiones que habría sufrido y cómo se encuentra actualmente, lo harían por ella.

Un vocero del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) explicó a Efe que “la decisión de hacer comparecer a un perro en un juicio como testigo, algo muy poco habitual en la Justicia española, cuando no inédito, se acordó por todas las partes”.

En ese sentido, el portavoz señaló que la participación del animal en el mencionado proceso judicial fue considerada como “un buen gesto para concienciar a la sociedad sobre el problema del maltrato animal”.

El acusado, identificado como Sergio M.J., declaró por videoconferencia desde la ciudad peninsular de (sur de España), donde se encuentra en prisión preventiva por presunta implicación en otros hechos, en este caso un robo.

El procesado admitió ante la jueza que había tirado a la perrita en un contendedor de basura confinada en una pieza de equipaje rígida en octubre de 2012, pero alegó que lo hizo porque pensaba que estaba muerta.

La perra se salvó de que el camión recolector de desperdicios la aplastara porque unos vecinos oyeron sus gruñidos dentro del contenedor y abrieron un agujero en la maleta para que pudiera sacar la cabeza.

Adriana Naranjo, presidenta del Albergue Comarcal Valle Colino, que acogió a la mascota, la recuperó y logró que fuera adoptada por otra familia, con la que sigue viviendo, dijo a Efe que cuando lograron liberarla, “la perra estaba ‘en shock’”.

“Había estado encerrada en una maleta en la que casi no cabía y donde no podía ni respirar. Y se vio que tenía el cuerpo lleno de mordeduras de otros perros”, añadió la mujer sobre los hechos registrados hace casi siete años. (Con información de EFE)

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