Pese a negarse a testificar en el juicio político que se abrirá la próxima semana en su contra y que considera “inconstitucional”, todos se preguntan cuál será el próximo paso de Donald Trump tras dejar de ser presidente de los Estados Unidos. Lo que sí es cierto es que más de uno asegura haberlo visto desde hace unos años en Paraguay, aunque desempeñándose en un rubro de trabajo diametralmente opuesto al inmobiliario con el que amasó su fortuna.
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Y es que cuando muchos se preparaban para empezar a asociarlo con el eslogan político “Make Paraguay Great Again”, se descubrió que en realidad no se trataba de Donald Trump real sino de alguien que usaba su gran parecido físico para promocionar su negocio de venta ambulante de choripanes en las calles del barrio Ciudad Nueva de Ciudad del Este, que realiza a bordo de una motocicleta adaptada por él mismo para transportar sus productos.
Melgarejo se dedica al expendio callejero de comida rápida desde hace 30 años y, cuando Donald Trump salió electo presidente de los Estados Unidos en 2016, aprovechó su similitud con él para promocionar su negocio haciéndose conocido como su ‘clon’ paraguayo, aunque con la única diferencia que en su cuenta bancaria no tiene los millones que posee su contraparte y tiene que trabajar arduamente para llevar un pan a la mesa de su hogar.
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Fue tal la fama que obtuvo el ‘Donald Trump Paraguayo’ que varios medios de su país se interesaron en recoger su historia. En un video viral que el portal Paraguay.com compartió en su canal de YouTube en 2018 y que cobró relevancia recientemente en redes sociales, el vendedor de los también llamados ‘panchos’ dijo que su parecido con el ahora exmandatario le ayuda mucho a que la gente lo reconozca y se tome muchas fotos con él.
Si bien se desconoce si actualmente continúa con su negocio callejero a causa de la pandemia que obligó a muchas personas de distintas partes del mundo a cambiar de rubro de trabajo, en aquel entonces Melgarejo, con 54 años cumplidos, dijo que la venta de choripanes le redituaba un promedio de 100,000 guaraníes de ingresos diarios (aproximadamente 15 dólares), de los que debía descontar los costos de los productos que ofrece al público.