Los científicos de Estados Unidos lograron clonar un animal en peligro de extinción. ¿Cómo? Se trata de Elizabeth Ann, un hurón de pies negros (Mustela nigripes), una ejemplar femenina concebida en un laboratorio a partir de las células preservadas de Willa, un animal salvaje que murió hace más de 30 años, y de la que se espera pueda aparearse para dar continuidad a su especie. Los hurones patinegros fueron declarados extintos en 1979, pero luego se descubrió una pequeña población en Wyoming. Esta es la historia del proceso de clonación que hoy asombra al mundo y que debes conocer.
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Historia de una clonación exitosa
Elizabeth Ann nació el 10 de diciembre y fue presentada al mundo hace unos días. Ella se encuentra en el Centro Nacional de Preservación del Hurón de Pies Negros cerca de Fort Collins, Colorado.
Es una copia genética de Willa, que murió en 1988 y cuyos restos se congelaron en los inicios de la tecnología del ADN. Nació gracias a su madre adoptiva, una hurona domesticada, y según explican sus cuidadores, tiene un corazón salvaje y es una depredadora muy escurridiza.
“Puede ser que hayas manipulado tranquilamente un hurón de patas negras y que al día siguiente intenten arrancarte el dedo (...) Se está aguantando”, dijo Pete Gober, coordinador de recuperación de hurones de patas negras del Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos (FWS por sus siglas en inglés).
Su clonación exitosa se logró gracias a la colaboración por varios años entre el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos, Revive & Restore, la empresa con fines de lucro ViaGen Pets & Equine, la sociedad San Diego Zoo Global y la Asociación de Zoológicos y Acuarios.
Todo empezó en la década de 1980 en una conferencia de biología de la conservación. Oliver Ryder, director de genética de conservación en San Diego Zoo Global, compartió mesa con Tom Thorne, quien trabajaba en el Departamento de Caza y Pesca de Wyoming, y le consultó sobre el enviar biopsias de piel de los hurones patinegros al “zoológico congelado”.
El 23 de octubre de 1985, Ryder recibió inesperadamente un paquete de Wyoming. “Bueno, esto es genial. Tenemos sujetos de hurones patinegros”, recordó haber dicho, según recoge Infobae.
Luego, en 1988, llegarían las muestras de Willa, quien tuvo crías pero habían fallecido y que fue capturada en estado silvestre. Su cultivo celular fue almacenado en un enorme congelador que alberga las células de 1100 especies diferentes de animales a -195 grados Celsius.
En 2013, el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos contactó a Revive & Restore para indagar sobre la biotecnología, ellos diseñaron una propuesta. En 2018 recibieron el primer permiso en la historia para investigar la posibilidad de clonar una especie en peligro de extinción.
La compañía comercial de clonación ViaGen Pets & Equine tuvo a su cargo el armar el proceso de clonación. Se crearon embriones e implantaron en una hurona doméstica subrogada. El día 14, un ultrasonido confirmó la presencia de latidos de corazón. El 10 de diciembre de 2020, Elizabeth Ann nació vía cesárea. “Nuestra hermosa y pequeña clon”, dijo Ben Novak, científico jefe de la organización de biotecnología. Luego, con una muestra de sangre se confirmó que era una hurona patinegra.
Ella pasará sus días en el centro de conservación, y pronto le acompañarán sus hermanas (otros clones de Willa) y posibles parejas (clones de Studbook Number 2). Se espera que cuando alcancen la madurez sexual se puedan reproducir.
Especie en peligro de extinción
Los hurones de patas negras son un tipo de comadreja que tienen marcas oscuras en los ojos, como si fuera un antifaz. Animales nocturnos que se alimentan exclusivamente de perritos de las praderas y viven en medio de las enormes colonias de madrigueras de estos roedores, por todo el oeste de Estados Unidos.
Se creía que se habían extinguido hasta que un perro rancho llamado Shep trajo uno muerto a casa en Wyoming en 1981. La esposa del granjero llevó al hurón encontrado a un taxidermista local, quien se dio cuenta de que tenía en sus manos a una especie extinta asesinada recientemente, y alertó al Departamento de Caza y Pesca de Wyoming.
Estos animales dejaron de ser vistos cuando su principal fuente de alimento, los perritos de la pradera, fue aniquilada casi por completo por envenenamiento, pestes y la pérdida de su hábitat. “Pensamos que ya no existían”, dijo Pete Gober, coordinador nacional de recuperación del hurón patinegro del Servicio de Pesca y Vida Silvestre.
El Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos capturó a algunos ejemplares, pero solo siete transmitieron sus genes, dejando una población con una diversidad genética limitada vulnerable a patógenos o trastornos de salud causados por la endogamia. Todos los hurones patinegros que viven actualmente son en esencia medios hermanos, excepto Elizabeth Ann.