Los electrodomésticos blancos son bastante propensos a tornarse amarillos con el paso del tiempo, ya estén en tu cocina, lavandería o en el exterior, y aunque es cierto que el mejor método para prevenir esta decoloración es con una limpieza frecuente, eso definitivamente no es suficiente para hacer frente a algunas manchas difíciles.
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Cómo prevenir las manchas amarillas
Es aconsejable que limpies a fondo cada uno de sus electrodomésticos, por dentro y por fuera, una vez cada tres meses. Asegúrate de limpiar los estantes y cajones de los refrigeradores, el cristal de la puerta y la bandeja giratoria de los microondas, y la puerta de la lavadora para evitar la acumulación de jabón seco.
Lo más recomendable es que realices una limpieza profunda en todos tus electrodomésticos trimestralmente, tanto por dentro cómo por fuera. En los refrigeradores asegúrate de limpiar las repisas y cajones, en los microondas limpia el cristal de la puerta y la charola giratoria y en las lavadoras no olvides limpiar la puerta para evitar la acumulación de jabón seco.
La limpieza puede hacerse rociando bicarbonato de sodio y agua y pasando una toalla húmeda. Esto eliminará la grasa que causa las manchas, protegerá la superficie y eliminará los olores que se hayan impregnado. Puedes utilizar una solución de agua y vinagre blanco para limpiar las agarraderas y otros lugares problemáticos para deshacerse de las manchas amarillas.
Limpiar el plástico de los refrigeradores
Si observas un cambio de color, es posible que necesites una lejía más fuerte, ya que el plástico que recubre los frigoríficos y congeladores blancos es muy susceptible a las manchas y difícil de limpiar. Empieza lavando bien la zona con agua y detergente para platos para eliminar la grasa. A continuación, mezcla media taza de bicarbonato de sodio, lejía y agua oxigenada en una taza. Añade agua hirviendo a la mezcla y remueve durante unos minutos. Aplique esta combinación con una esponja limpia y seque la superficie con una toalla limpia.
Elimina manchas impregnadas
Algunas manchas se adhieren a las superficies a pesar de los esfuerzos por eliminarlas. En este caso, lo mejor es combinar agua y vinagre y frotar para quitar la mancha. Otra opción es mezclar una cucharada de bicarbonato de sodio con un litro de agua y fregar la zona con la solución resultante.
El truco de limpieza
Existe un truco casero perfecto para que realices tus limpiezas trimestrales que nunca falla y te ayudará a mantener unos electrodomésticos siempre limpios y elegantes.
Necesitarás:
- 4 tazas de agua caliente
- Media taza de lejía
- Un cuarto de taza de bicarbonato de sodio
- Una cuchara de plástico y un recipiente de plástico
- Una esponja limpia y absorbente
- Una toalla de microfibra seca y una humeda
- Un cubrebocas
Procedimiento:
- En un recipiente mezcla el agua caliente con el cloro y el bicarbonato de sodio.
- Mezcla esta solución con ayuda de la cuchara de plástico hasta que el bicarbonato se disuelva. Utiliza tu cubrebocas ya que el olor puede llegar a ser muy fuerte.
- Sumerge la esponja en la mezcla y deja que absorba el líquido.
- Aplica con la esponja sobre los electrodomésticos amarillentos, recuerda hacerlo con movimientos circulares.
- Una vez que apliques la mezcla, déjala que actúe por 15 minutos.
- Una vez terminado el tiempo, usa la toalla de microfibra húmeda para quitar los residuos de la mezcla.
- Seca los electrodomésticos con la toalla de microfibra seca.
- Repite este proceso por lo menos una vez cada tres meses y tus electrodomésticos siempre se verán blancos.
El bicarbonato de sodio y la lejía se combinan para formar la solución ideal que combate el tono amarillento de tus electrodomésticos al fusionarse, dejándolos como nuevos. Para evitar accidentes al utilizar estos blanqueadores, ten en cuenta desconectar siempre los aparatos y usar guantes.