#LaSaludEsPrimero

No es difícil imaginarlo, porque ocurre todos los días: de pronto, te levantas con un fuerte dolor de cabeza y fiebre, vas al centro de salud y te encuentras con colas interminables y una mala atención.

Lo peor es que esto sucede a pesar de que hay más dinero en el sector salud. Hacia fines del 2022, se asignó un presupuesto de S/31.652 millones. Sin embargo, esto no se tradujo en grandes mejoras, pues se quedaron sin gastar más de S/3.300 millones, según ComexPerú.

Falta de infraestructura y medicinas

Por eso, cuando vas al médico por alguna infección o molestia corres el riesgo de asistir a uno de los casi 9 mil establecimientos de salud del Estado que no tienen infraestructura ni equipamiento necesario, según un estudio de la consultora Videnza.

Lo más crítico: la mitad de estos centros (alrededor de 4.500) no cuentan con médicos y siempre faltan medicamentos.

Por lo tanto, el problema no es el dinero, sino cómo el Estado lo gestiona en beneficio de la salud de los peruanos. “Tener más dinero, como en el caso peruano, no lleva necesariamente a resolver muchos temas, entre ellos los de la calidad de servicio y cobertura”, lamenta Rafael Cortez, economista e investigador de la Universidad del Pacífico.

¿Qué hacer? Las Asociaciones Público-Privadas (APP), entre el Estado y empresas privadas eficientes, demuestran que son una alternativa para proveer servicios de salud de alta calidad y cerrar brechas.

Casos de éxito y obstáculos

En el Perú, se han registrado casos exitosos de Asociaciones Público-Privadas (APP) en el sector de la salud, tal como lo demuestra un informe del Instituto Peruano de Economía (IPE).

Un ejemplo es el Grupo IBT, encargado de administrar dos hospitales de Essalud: el Guillermo Kaelin en Villa María del Triunfo y el Alberto Barton en el Callao, que destacan por su alta productividad y liderazgo en términos de satisfacción, eficiencia y calidad en la atención médica.

Otro caso destacado es Salog, una empresa responsable de la logística y distribución de medicamentos y materiales médicos de Essalud en Lima y Callao. Gracias a su gestión, se han reducido los inventarios totales de medicamentos, lo que ha generado ahorros significativos en el sistema de salud.

Salog impulsa, además, los programas Padomi Delivery y Farmacia Vecina. Este último les permite a los asegurados con enfermedades crónicas de Lima y Callao recoger sus medicamentos de manera gratuita en las boticas o farmacias afiliadas cercanas a sus casas.

Sin embargo, a pesar de estos casos de comprobado éxito, en la gestión pública todavía existen obstáculos que debemos superar para que existan más proyectos conjuntos entre el Estado y las empresas privadas en el sector salud. Debe primar lo más importante: la salud de todos los peruanos.

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