Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por una parihuela de mariscos, acompañada de arrocito blanco, limón, rocoto y para tomar, un emoliente tibiecito. “María, nuevamente un accidente de tránsito causado por el alcohol provoca una desgracia. Las cámaras de seguridad grabaron a las 6:10 de la mañana el preciso instante en que una camioneta va a alta velocidad por la Vía Expresa de Paseo de la República, con dirección a Miraflores. De pronto, a la altura de la estación Javier Prado del Metropolitano, el conductor pierde el control del vehículo, que se sale de la pista y se estrella de forma brutal contra un poste. El resultado fue una joven de 21 años muerta y cuatro heridos, todos ocupantes de la camioneta que regresaban de una fiesta en una discoteca. El parte policial consigna que la conductora era Romina Calisaya Arizaga, de 24 años, y además las imágenes muestran cuando los rescatistas la sacan del asiento del piloto.
Sin embargo, ella negó que haya manejado el carro, que es de propiedad de su hermana, y aseguró que estaba en el asiento del copiloto. Dio distintas versiones contradictorias de lo ocurrido, y el dosaje etílico arrojó que tenía 1.59 gramos de alcohol por litro de sangre, cuando lo permitido para alguien que conduce es 0.5.
Según las leyes, conducir bajo los efectos del alcohol no es ninguna falta menor, sino un delito grave que puede ser sancionado con penas de cárcel de entre seis meses y dos años. Sin embargo, miles de conductores en nuestro país siguen cometiendo la barbaridad de manejar borrachos, sin importarles que puedan matar a inocentes.
Además, si un policía para a un chofer, se le hacen los exámenes y se determina que está bajo los efectos del alcohol o de otras sustancias alucinógenas, será castigado con una multa de mil 975 soles, la retención del brevete y la suspensión de este permiso por tres años e internamiento del vehículo.
Lo mismo aplica para quien se niegue a pasar el dosaje etílico. ¡Ah! y todo esto es sin haber protagonizado ningún accidente. Pero si un conductor ebrio choca o atropella, será multado con alrededor de 4 mil soles y la cancelación definitiva del brevete. Eso aparte del proceso penal que se le siga, y que puede mandar al culpable varios años tras las rejas, dependiendo de los daños que provoque. Por eso, si sabes que vas a beber licor, deja el carro en casa y toma un taxi. ¿Para qué buscarse problemas? Y si no te gusta dejar el carro, entonces no tomes. Las desgracias llegan en un segundo, ¿para qué malograrte la vida y la de los demás? Valora lo que tienes, tu tranquilidad, respeta las leyes y a los demás”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.
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