Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un bistec encebollado con arrocito blanco y rocotito molido. Para tomar pidió una jarrita con agua de piña.
“María, nuestro país es muy rico en muchas cosas. Tiene un extenso mar lleno de especies muy importantes, una selva amazónica inmensa que es el pulmón del mundo, una sierra que esconde en sus entrañas yacimientos minerales de primer nivel y una costa pujante donde se desarrolla una agroindustria que deja cientos de millones de dólares. Pero también tenemos un pasado esplendoroso que ha dejado como huella imperecedera algunas ruinas tan famosas como Machu Picchu, Caral o Túcume.
Precisamente estas ventajas debemos aprovechar y fomentar más el turismo, esa industria sin chimeneas que puede mover nuestra economía si la sabemos llevar. Fíjense nomás en la realidad de México. Ese país atrae al año a 50 millones de turistas. ¡Una barbaridad! Esos visitantes dejaron solo el año pasado casi 30 mil millones de dólares por el consumo de hoteles, transporte, guías, artesanía, comida y otros. Y lo de España ya es sideral. Los visitantes extranjeros llegan a ¡ochenta millones!
¿Por qué no podemos atraer esa cantidad de turistas si lo tenemos todo? En el norte hay playas paradisíacas y un mar con delfines, ballenas y tortugas, además de una gastronomía de primer nivel. Eso sin contar la tumba del Señor de Sipán y los vestigios de la cultura Chimú, tan o más hermosas que las momias o las pirámides de Egipto. Y en el sur está nuestra joya: Machu Picchu y el Cusco. Hace poco se maltrató a los visitantes, que debían amanecerse o hacer grandes colas para una entrada a la ciudadela. Esos turistas no vuelven más y no recomendarán al Perú. Tenemos el lago Titicaca, Chavín de Huántar y el río Amazonas. Con todo eso deberíamos ser los líderes turísticos en esta región, y no somos. Hay que invertir más y seguir esto:
- Peruano, todos nos beneficiamos con el turismo. El taxista, el transportista, el guía, los restaurantes, hoteles, artesanía, el productor agrícola, las líneas aéreas y más. Pero también hay que redistribuir bien la riqueza. Pagar bien a los proveedores y a los productores.
- Hay que tratar excelente al visitante que trae sus dólares para gastar aquí. No lo engañes ni le robes. Más bien protégelo. Hay turistas que viajan varias veces a un mismo país porque lo tratan muy bien. Que lo hagan también con el Perú.
- Da un buen servicio y vende productos de primera. No engañes. No te aproveches del ‘gringo’ para venderle más caro.
- Sé siempre amable y atento, como te gustaría que sean contigo si vas a otro país”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense. Tratemos bien a turistas