Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por su chilcanito con ají y limón, pescado frito, arroz y sarsa y, para tomar, chicha morada. “María, ayer fui al mercado para hacer las compras de la semana y casi me caigo de espaldas. Los huevos y el pollo se fueron a las nubes. De las frutas y las verduras ni qué decir.
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Con las justas me alcanzó para comprar un poco de carne, chuletas e hígado para hacerlo encebollado. De verdad, las amas de casa hoy en día se tienen que graduar de magas para que armen el menú, pues con la misma plata es imposible preparar el almuerzo o la cena como antes. No solo la pandemia nos perjudicó.
También la absurda guerra de invasión que Rusia hizo con Ucrania. Esto ha hecho disparar los precios de los fertilizantes, entre ellos la urea, así como el petróleo que usan los vehículos para transportar los productos desde los centros de producción. No sé a dónde vamos a llegar. Hasta la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) ha alertado que se cierne una hambruna en gran parte del mundo porque la producción de alimentos bajará un 30 por ciento.
Y más cólera me da porque este Gobierno ha tenido ¡cinco ministros de Agricultura en apenas diez meses de gestión! Y encima hace unos días declaró desierta una licitación para comprar urea a fin de repartirla entre los agricultores del país. El colmo, por Dios. Como si el producto estuviera ahí botado. Todos los países están que se arranchan los fertilizantes que aún flotan en el mercado, y estos se dan el lujo de alargar la operación.
Bueno, la idea ahora es prepararse y usar la imaginación para darles a nuestros hijos la misma alimentación, de modo que crezcan sanos y fuertes. Aquí les dejamos algunos consejos:
Si algunos de los alimentos que consumes regularmente están caros, compra otros. Por ejemplo, el pan. Puedes preparar sopas para el desayuno (en la sierra ese es el desayuno).
Ahorra comprando al por mayor. Por ejemplo, los alimentos no perecibles, como azúcar, arroz, fideos o conservas en latas.
No compres cosas que finalmente no utilizarás. Haz una lista de los alimentos que sí usarás en la semana.
Prepara la comida justa para el almuerzo y la cena. No desperdicies.
Ahorra en gas o electricidad a la hora de cocinar. Usa ollas a presión o cocina con fuego bajo los alimentos.
Prepara ensaladas y jugo de frutas. No compres bebidas embotelladas porque son más caras y encima no alimentan.
Atenta a las ofertas de los supermercados. Aprovecha las rebajas en aceites, leche o yogur”. Gary tiene las precisas. Son momentos de ahorrar y pensar en el futuro. Me voy, cuídense.