Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por su caldo de choros, saltadito de pescado y, para tomar, limonada heladita. “María, los combustibles han subido a niveles peligrosos en los últimos meses en el Perú.
No solo la gasolina, sino también el petróleo, el GLV, GNV y el gas propano, el que usa la mayoría de la población para cocinar. Y parece que se pondrá peor, debido al inicio del conflicto Rusia-Ucrania, que amenaza con una guerra total en Europa.
La gasolina de 97 octanos, en algunos distritos, llegó hasta los 21 soles, mientras que la de 84 octanos, la más contaminante, se elevó por encima de los 18 soles, dependiendo del distrito donde se compre.
Algunas personas podrán decir que eso solo afectará a los que tienen carro, pero se olvidan que los buses, taxis y colectivos se mueven con esos combustibles fósiles. Entonces hay el peligro de que los pasajes suban.
EL GOBIERNO DEBERÍA HACER ALGO PARA DETENER LA SUBIDA
De verdad el Gobierno debería hacer algo para detener la subida. De la misma manera, el balón de gas propano, de diez kilogramos, registra precios que van desde 46.50 hasta 66.90 soles en Lima.
Según un estudio, los precios más bajos se registran en locales situados en distritos como San Juan de Lurigancho, Carabayllo, Independencia, Los Olivos y Ate, donde el valor puede llegar a los 48 soles.
El precio más caro, 66 soles con 90 céntimos, se encuentra en Magdalena, Surco, Lince, Miraflores y Surquillo. En cuanto al GNV, hay algunos grifos del Cercado de Lima donde se vende desde 1 sol con 35 por metro cúbico. Este combustible es el más usado por taxistas y colectiveros.
La escalada de precios empezó en noviembre de 2020 y no parece que vaya a parar. No subía tanto desde el 2014. Para que la gente sepa, el precio final de los combustibles depende de: la ley de la oferta y la demanda, el nivel de consumo en determinadas fechas del año, el contexto político internacional, el tipo de cambio, transporte, logística y los impuestos.
Menos mal, el futuro del transporte está en los carros eléctricos o los que consumen otro tipo de energía, como la solar. Es que los yacimientos petroleros en países como Arabia, Venezuela, Estados Unidos o Iraq tienen una fecha de caducidad. Es decir, en un momento se va a acabar.
Mientras tanto, en el Perú se hace muy poco para la exploración de yacimientos. Más bien se pone trabas a las empresas que buscan recursos. Como si fuéramos un país industrial o tecnológico que podemos darnos el gusto de mantener nuestra riqueza bajo el suelo”. Gary tiene razón. Otra cosa sería si el Perú fuera un productor importante de petróleo. Me voy, cuídense.
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