Mi amigo, el redactor gigantón ‘Barney’, llegó al restaurante por su lomo saltado adobado con sillao y vinagre, arroz graneadito, papas crocantes y su agüita de piña heladita. “María, la delincuencia ya desbordó todo. Uno pensaba que en el ‘Metropolitano’ se podía viajar relativamente tranquilo. Pero después de lo que mostraron unas cámaras de videovigilancia en un paradero en Comas, comprobamos que ya ni en ese servicio se está seguro.
En las imágenes captadas a las nueve de la noche se vio a tres sujetos supuestamente ‘esperando’ el alimentador. Ni bien paró el bus y bajaron los pasajeros, uno se quedó desvalijando a punta de pistola a los que descendían y otros dos, también armados, robaron celulares y bolsos a aterrorizados usuarios. Luego se bajaron y huyeron en dos mototaxis que los esperaban. Ni la policía ni el serenazgo aparecieron.
El ‘raqueteo’ se ha vuelto el más usado ‘modus operandi’ de los hampones. En los distritos populares son las ‘mototaxis’ los vehículos preferidos para cometer sus actos ilícitos y hasta violaciones y crímenes por sicariato. Circulan sin ningún control policial. Los únicos que se les realizan son los de fiscalización de tránsito de las municipalidades. Pero ellos solo piden papeles del vehículo y permisos, no les piden documentos personales a los choferes.
¿Qué pasaría si, aparte de los fiscalizadores, la policía fuera la que realizara megaoperativos en todo Lima interviniendo a los conductores de las mototaxis para pedirles documentos y chequearlos en la pantalla a ver si tienen requisitorias? Seguramente centenares de delincuentes van a caer.
Así, con este tipo de medidas, el ‘Sheriff’ William Bratton logró reducir la delincuencia en Nueva York de una manera espectacular, en el año 1994, cuando la ‘gran manzana’ era considerada la ‘ciudad más peligrosa del mundo’.
Se sirvió de un ambicioso plan denominado ‘Tolerancia Cero’, que comprendió utilizar a 37 mil policías para acabar con la delincuencia. Sin embargo, para Bratton lo fundamental del plan consistió en comenzar a ser estrictos en los controles de automóviles. Por una mínima infracción de tránsito, el conductor era ‘chequeado’ en la base de datos de la policía en tiempo real.
Así cayeron asesinos, ladrones, violadores que estaban requisitoriados o habían burlado su libertad condicional. Claro, esto dependió, en mucho, de que los efectivos sean incorruptibles, que no acepten ‘coimas’ de los intervenidos. Eso debería implementarse urgentemente en nuestro país. Que el ministro del Interior se ponga las pilas”. Pucha, no solo soportamos al maldito coronavirus, sino también a los despreciables ‘raterovirus’. Me voy, cuídense.