Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un pavito al horno, arrocito y ensalada rusa. Para tomar pidió una jarrita de naranjada heladita. “María, ayer asumió Donald Trump como el 47 presidente de los Estados Unidos y una de sus primeras medidas será la deportación masiva de inmigrantes ilegales, entre ellos muchos peruanos.
Ante la falta de trabajo y oportunidades, en los últimos años miles de compatriotas, en especial jóvenes, han ingresado con visa o sin ella al país del Tío Sam y se han quedado allí para laborar.
Ellos se convierten automáticamente en parte importante de nuestra economía, pues envían remesas de dólares a sus familias en el Perú. En el segundo trimestre de 2024, según datos oficiales, las remesas de Estados Unidos al Perú fueron de 1206 millones de dólares.
Esto representó un incremento del 10% en comparación con el mismo periodo del año anterior. El peruano, en particular, es muy trabajador y a donde va solo tiene en mira encontrar un puesto de trabajo, enviar dinero a su familia, integrarse en la sociedad que lo recibe y hasta se convierte en un ejemplo de ciudadano. Diferente a otros inmigrantes, que forman pandillas, trafican con drogas o, por motivos religiosos o étnicos, nunca se sienten ni sentirán norteamericanos.
Por eso, la noticia de la deportación masiva es impactante para nuestro país. No solo porque dejarán de llegar remesas de dólares, sino que habrá un problema social muy grande con los peruanos repatriados y sin trabajo. Ojalá no se cumplan las amenazas de Trump y haya un periodo de formalización de los ilegales que no tengan problemas con la justicia.
Que nuestros compatriotas regresen sería un drama. Acá van a encontrar no solo desempleo y sueldos bajos, sino extrema inseguridad, asesinatos y extorsiones. Estados Unidos es el principal destino de los migrantes peruanos. Le siguen España, Chile, Argentina, Brasil y Japón.
En los últimos años se van jóvenes con preparación universitaria. Son profesionales altamente preparados y que en realidad, a donde van, contribuyen a la sociedad. Sería una pena que regresen”. Me voy, cuídense.
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