Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un pollito al sillao con su papa blanca sancochada, arrocito graneado y rocotito molido. Para tomar, pidió jugo de naranja heladito. “María, con este Gobierno las fronteras son una coladera: entra el que quiere y no pasa nada. Sobre todo los delincuentes que vienen acá a extorsionar, asaltar y matar por encargo.
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Esto genera desazón y sensación de impunidad entre los peruanos, lo que no debemos permitir como sociedad, porque de lo contrario esto se irá desbocando. Hace una semana, la Policía detuvo a 19 venezolanos que armaron una lujosa fiesta de Halloween a bordo de un yate. En la nave se divertían con música estridente, tragos finos y droga.
Los agentes lograron detenerlos cuando iban a desembarcar en el muelle artesanal del Callao. Al ver eso, los hampones de la banda ‘Los Puros Hermanos Sicarios’ arrojaron al mar un paquete extraño. En el yate se encontró una pistola de propiedad del vigilante Frank Alvarado Altamirano, asesinado hace dos meses en Lince. De acuerdo a las investigaciones, la gavilla se dedicaba al sicariato y tenía en su propiedad joyas y relojes opulentos, así como diferentes tipos de drogas. Al hacerles el registro, se descubrió con sorpresa que dos de los detenidos habían sido expulsados del país y tenían prohibido regresar. Uno de ellos es un DJ que, en 2020, había caído en una redada en una fiesta clandestina en Punta Negra, donde se halló drogas y armas.
Luego de la intervención, buzos especializados recuperaron en el mar cinco celulares de alta gama, los que contarían con información importante sobre los actos en los que estarían involucrados. O sea, estos delincuentes no solo roban, matan, extorsionan y lesionan a los peruanos, encima se dan la gran vida y no les pasa nada. Porque serán expulsados y volverán a entrar como si nada.
Ya es hora de detenerlos y cerrar nuestras fronteras a cal y canto. Mandémosle un buque lleno de estos antisociales al dictador Nicolás Maduro para que él se encargue de ellos. No queremos más escoria. Queremos gente honesta, profesionales y trabajadores que contribuyan a crecer al país. Que las ONG no se metan a defenderlos. Defiendan a los que se esfuerzan, ayúdenlos con comida, ropa, medicinas... no gasten plata ni esfuerzo en ayudar a malvivientes y asesinos.
El domingo miles de peruanos salieron a marchar contra la corrupción. Que muchos más se organicen para enfrentarnos a las mafias de extranjeros que poco a poco se están apoderando del país. Están lotizando los paraderos de mototaxis, las calles, el cobro de cupos, la prostitución, todo... Detengámoslo ahora. Miren nomás a los Mara Salvatruchas en El Salvador, eran los reyes de ese país hasta que ahora el gobierno de ese país los enfrenta con todo. No lleguemos a ese extremo, aún estamos a tiempo”. Asu, qué buenas palabras de Gary. Me voy, cuídense.