Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un sudadito de cabrilla, servido con su limoncito y una porción de arroz. Para tomar pidió limonada con hierbaluisa heladita. “María, los peruanos vivimos en una tierra privilegiada, la tierra de la abundancia. Si fuéramos más ordenados, esforzados y sacrificados, hace rato que seríamos potencia mundial.

En un solo país se reunen selva amazónica, sierra rica en minerales, un extenso litoral y una herencia cultural similar a Egipto, México o Italia. En toda América no hay vestigio arqueológico más impresionante que Machu Picchu. Todo el que llega se queda maravillado por tanta belleza y magnificencia.

Y la selva, ni qué hablar: Es mágica, inexplorada y hermosa. Y luego están nuestras creaciones propias, como la gastronomía, que es el sumun de herencias diversas, como la aborigen, la árabe, española, italiana, china y demás. Y de esta fusión ha salido la mejor comida de todo el mundo.

Por mi trabajo he podido estar en muchos países y puedo dar fe de que nada se compara a nuestros platos. Nada. Estas fortalezas debemos cuidarlas y no dejar que nos las roben, como pretenden hacer con el pisco.

A propósito, hoy sábado se celebra el Día del Pisco Sour, otra creación peruana que ya tiene fama mundial. Y el martes es el Día de la Pachamanca, el legado de los antiguos peruanos. No podemos olvidar que todos los 28 de junio debemos acordarnos del Día del Cebiche. Preparados como este hay en todas las ciudades costeras del planeta.

Pero en el Perú la cosa llega a ser arte de la cocina. Hay que seguir aprovechando nuestras marcas e internacionalizarlas. Como han venido haciendo durante varios años cocineros como Gastón Acurio o Virgilio Martínez.

En la misma medida debemos hacerlo con nuestra música, tan rica como la mexicana, brasileña o argentina, pero con más variedad. Aquí hay vals criollo, marinera, tondero, huayno, huaylas, yaravíes, morenadas, contradanza, carnaval cajamarquino y mucho más. En la tierra de la abundancia todo es mejor. Ese es mi Perú”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.

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