Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por unos frejoles con seco de cabrito, servido con yuquita sancochada, arroz y salsa criolla. Para tomar pidió una jarrita de limonada frozen. “María, un estudio del Consejo Consultivo de Radio y Televisión reveló que los niños y adolescentes del Perú prefieren YouTube, WhatsApp y TikTok a la hora de ver contenidos en redes sociales. Pese a ello, poco más de la mitad de menores señala tener orientación escolar para analizar críticamente lo que consume.
La edad promedio en la que empiezan a usar redes sociales es 10 años para entretenerse, buscar información y encontrarse con amigos, lo cual es un alto riesgo frente a desconocidos. Como padres, debemos estar alertas ante lo que consumen nuestros hijos. Hoy en día en las redes e Internet se cuelan los depravados, monstruos y pedófilos, que están al acecho de víctimas, sobre todo niños.
Muchos de estos desviados se hacen pasar por menores o mujeres para ganarse la confianza de sus objetivos. Como he dicho siempre, en mi casa hago control parental de los teléfonos u otros dispositivos que tienen mis hijos. En eso soy férreo. No hay discusión posible.
Yo tengo que saber qué consumen, con quién conversan, de qué tratan sus charlas y a qué páginas dedican más tiempo. De esa manera soy buen padre, porque los protejo y estoy atento a lo malo que les pueda pasar. Y eso sucederá hasta que sean adultos y puedan tener criterio, madurez y personalidad para entablar relaciones con desconocidos.
- No dejes que tu hijo tenga perfiles en redes sociales antes de los 14 años, a no ser que sean sitios específicos para menores.
- Establece límites, como horas de juego, duración, reglas y castigos.
- Explícale qué tipo de fotos puede subir a las redes, así como los peligros que existen. Tampoco subir datos como dirección o DNI.
- Dale buen ejemplo. Si te pasas horas conectado a Internet o sobreexpones tu imagen, o la de ellos, no podrás evitar que tu hijo no haga lo mismo.
- Enséñale que existe vida más allá de Internet y las redes sociales”. Me voy, cuídense.
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