TROME | Pancholón toma para olvidar
TROME | Pancholón toma para olvidar

El Chato Matta llegó al restaurante por un lomito al jugo con arrocito graneado, ajicito molido y, para tomar, una agüita de cebada al tiempo. “María, me timbró al celular el gran Pancholón: ‘Chatito, vente al toque al restaurant Décadas, en San Miguel, de mi hermano Edwin. Vamos a comer un rico tacu tacu en salsa de mariscos a lo macho’.

Cuando llegué, el abogado infiel me contó que estaba resaqueado después de la amanecida que se dio por el cumpleaños del goleador de la Asociación de Abogados del Callao, Nicolás Sánchez. ‘Mira, Chatito, ni bien llegué a la fiesta, me sirvieron un ron Cartavio XO. ¡Uy! -dije- este es un veneno para olvidar.

Al toque le solicité al cantante, el pibe Patricio, que entone el tema ‘Veneno para olvidar’, que hizo popular Armonía 10, y los músicos me dedicaron: ‘Para nuestro amigo Pancholón, ‘viejo zorro’ de Trome, el viejo más querido del Perú': ‘Para olvidar tu querer chiquita/ para dejarte de amar negrita/ Voy a tomar veneno para olvidar/ Y quiero que al morir tus ojos/ No llores por este amor que nunca/ Supiste amar, supiste corresponder/ Voy a tomar veneno para olvidarte/ No quiero seguir sufriendo/ Quiero olvidar el atento/ Quiero morir, quiero apagar mi dolor/ Si sabes cuánto te quiero/ Si sabes cuánto te amo/ Por qué razón, por qué me niegas tu amor/ Voy a tomar veneno para olvidar...’. Pancholón, ‘viejo zorro’, felicidades’.

“Un león nunca podrá ser vegetariano y moriré callejero”

‘Chatito, nunca pensé que me iba a pasar, pero estoy tomando para olvidar a la abogada tóxica que se encuentra en Barinitas, Venezuela, acompañando a sus padres. Al escuchar esa canción de Armonía 10 me vino el recuerdo de que cuando me dio el coronavirus, la única persona a la que no le importó que la contagie fue la tóxica. Me cuidó dos semanas y por esos detalles me ha marcado.

Ahora que está lejos la valoro, pero hay un problema: mi instinto carnívoro de estar con una y con otra mujer no lo puedo controlar. Ahora que juega Perú con Venezuela, adelanté un partidito con la ‘grandota’, que es bien alta y tiene cuerpazo de guitarra. Hicimos el amor como locos y falta el segundo tiempo. Le dije que el martes, el partido de las Eliminatorias lo vamos a definir en La Posada, el hotel de los infieles, y nosotros dos vamos a jugar un clásico aparte para ver quién entra al repechaje del Mundial 2026.

Todo salió bonito, pero después me viene el remordimiento. Yo me pregunto, si la tóxica es buena mujer, ¿por qué no me planto con ella? Pero sale mi instinto salvaje que dice: ‘Si te plantas, ya no eres Pancholón y mejor retírate a tus cuarteles de invierno’. Repito, un león nunca podrá ser vegetariano y moriré callejero’”. Ese señor Pancholón no tiene remedio. Es un cochino y sinvergüenza. Por mujeriego va a terminar solo, viejo y enfermo. Me voy, cuídense.

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