Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un arroz con pato, sazonado con cervecita negra, servido con tiras de cebolla y rocotito. Para tomar, se pidió una chicha morada fresquecita. “María, en las últimas semanas ha aumentado el número de violaciones a menores de edad en nuestro país. En realidad, los ultrajes sexuales a niños y niñas es muchísimo mayor de lo que se cree.
Para tener una idea, solo en los primeros cinco meses del 2015, es decir, entre enero y mayo, se registraron ¡¡946 violaciones a menores de cero a 17 años de edad!! Eso da un promedio de 189 casos al mes, más de seis por día. Y esos son solo los que fueron reportados. ¡¡Cuántas víctimas no denuncian por miedo, vergüenza y otros motivos!! Otro dato deshonroso para nuestro país:
La Organización Mundial de la Salud emitió un informe en el 2013, en el que colocaba a Perú en el tercer lugar a nivel mundial de los países en el que más mujeres de 15 a 49 años sufren violencia sexual por parte de su pareja. ¡Solo nos superaban Etiopía y Bangladesh! Las agredidas, al parecer, son muchísimas más, si tenemos en cuenta estudios internacionales que señalan que apenas un 5 por ciento de las víctimas adultas de violencia sexual hacen su denuncia.
Estos números revelan que gran parte de nuestra sociedad está gravemente enferma mentalmente. Y, encima, muchas autoridades, policías, jueces, fiscales y otros, no buscan proteger a las víctimas, ¡¡sino a las bestias que cometen estos abominables delitos!! El caso del ‘Monstruo de Yurimaguas’ es un claro ejemplo. El depravado, Alex Fernando Vela Pérez, de 37 años, hace unas semanas fue condenado a cadena perpetua ¡¡por violar a una niñita de tres años!!
Este monstruo abusó de la criaturita tras llevarla con engaños a su cuarto. Sin embargo, la policía afirma que hace tres años ultrajó a otra pequeñita de cinco años, en la provincia loretana del Datem. Estuvo preso en una cárcel de Iquitos, pero -y aquí viene lo increíble- como no fue sentenciado en tanto tiempo, un juez simplemente le dio libertad por exceso de carcelería. Este miserable tenía que estar encerrado de por vida, pero como los magistrados son tan buenos con los violadores, fue devuelto a las calles.
Para Alex Vela Pérez fue como recibir un permiso oficial para seguir desgraciándole la vida a más pequeñas. Así, la policía informó que en julio llevó con engaños a una niña de once años a un hospital de Loreto y la violó. Y semanas después hizo lo mismo con la pequeñita de tres años, por lo que finalmente fue sentenciado.
Si los magistrados hubieran cumplido con su trabajo, esta cucaracha no habría salido de prisión y las dos pequeñas aún sonreirían. Los malos policías, fiscales y jueces que le hacen el juego a los monstruos y criminales deben estar en prisión. No queda otra. ¡Ah! y por lo que más quieran, cuiden mucho a sus hijos, no se confíen de nadie”. Gary tiene razón. Y los violadores de niños deben irse derechito a arder en el infierno. ¡Qué indignante! Me voy, cuídense.