El fotógrafo Gary se indigna al ver que la salud es un lujo que pocos peruanos pueden costearse.
El fotógrafo Gary se indigna al ver que la salud es un lujo que pocos peruanos pueden costearse.

Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un arroz con mariscos y un cebichito. Para tomar pidió una jarrita de refresco de maracuyá. “María, la salud es desde hace un tiempo un negocio lucrativo para muchas clínicas del país. El paciente es considerado un ‘cliente’ y no una persona que necesita que le salven la vida o le curen sus males.

Miles de peruanos se inscriben en seguros privados de salud debido a que los hospitales públicos son un desastre. Sin embargo, en lugar de encontrar allí alivio, muchos salen espantados por los precios abusivos que les cobran. Un conocido jubilado, que pagaba EPS, se sintió mal de salud y acudió a un establecimiento privado en Lima. Luego de la consulta, le dijeron que debían operarlo de urgencia, pues su vida corría grave peligro. Pero antes debía dar 25 mil soles como garantía.

La familia no pudo conseguir dicha cantidad y tuvieron que trasladarlo a otra clínica más barata, donde finalmente falleció porque no fue intervenido a tiempo. Ese es el drama de miles de peruanos.

Cuando se enferman deben vender hasta la casa para atenderse en clínicas privadas o morir en hospitales públicos. La falta de humanidad de muchos médicos y dueños de clínicas privadas ya se había visto durante la pandemia del coronavirus. Cobraban hasta 200 mil soles o más para internar a un paciente en una cama UCI. Un paracetamol era vendido como si fuera un televisor. Cientos hasta hoy siguen pagando por la atención a sus familiares, que incluso murieron.

El Estado parece favorecer esta situación manteniendo hospitales que no tienen ni aparatos de rayos equis. De esa manera, las empresas que gerencian clínicas se llenan de plata a costa de la vida de los peruanos. Yo sueño que algún día nuestros hospitales den una atención humana y de alta calidad. Ese día las clínicas ya no podrán seguir abusando. Lamentablemente, la corrupción lo impide”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.mejoren los hospitales

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