Policías y miembros de la banda "Los Pulpos". (Foto cortesía de RPP)
Policías y miembros de la banda "Los Pulpos". (Foto cortesía de RPP)

Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por una cachemita frita con arroz, ensalada fresca y papa sancochada. Para tomar pidió una jarrita de jugo de naranja. “María, indignante ver a policías en actividad en una piscina al lado de temibles integrantes de

Algunos de ellos serían los mismos que pedían a esa banda que les pongan Netflix en la comisaría y coordinaban cómo debían tratar a empresarios secuestrados. Las autoridades lo único que han hecho es ‘rotar’ a los malos efectivos. Por qué tantos miramientos.

Esto me lleva a pensar que las escuelas de la Policía no están haciendo una buena selección de los estudiantes o que las organizaciones criminales están infiltrando la institución con alfiles para que les avisen de operativos, investigaciones y los ayuden a perpetrar delitos.

Urge que se haga una purga de los malos elementos, más aún cuando en estas épocas estamos sufriendo una ola delincuencial sin precedentes.

Lógicamente la gran mayoría de policías no son delincuentes ni colaboran con las bandas. Ellos arriesgan la vida para defender a la sociedad. Pero el Gobierno no debe permitir que las lacras, las manzanas podridas, permanezcan un solo minuto en la institución, pues pueden corromper a los demás. Y moverlos a otras provincias no es la solución.

Allí seguirán haciendo lo que más saben: colaborar con el hampa a cambio de dinero. Mientras la población pide leyes más drásticas, vemos que ¡algunos malos policías se alían con el hampa para extorsionar o robar!

Se necesita una refundación de la Policía. Y mejorar las escuelas que preparan a los futuros agentes. Nada de tarjetazos o coima, que hacen entrar a gente poco preparada, jóvenes con familiares hampones y otros.

Estamos perdiendo la guerra con la delincuencia organizada y no podemos permitirlo. Dejar pasar situaciones como esta es condenarnos a ser un narcoestado, como pasa en algunas ciudadades de México”. Asu, Gary tiene razón. Me voy, cuídense.

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