El próximo Congreso sea peor que este (Foto: Congreso)
El próximo Congreso sea peor que este (Foto: Congreso)

Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un espectacular tallarín con atún y papa a la huancaína. Para tomar pidió una jarrita de jugo de papaya heladito. “María, la política en el Perú ha sido infiltrada enormemente por el hampa. No es de ahora, eso ya se sabe, pero en esta época ya la situación está completamente desembozada.

El narcotráfico, la minería ilegal, el tráfico de tierras y la trata de blancas están poniendo sus alfiles en los partidos políticos y movimientos que han logrado inscribirse en el Jurado Nacional de Elecciones. Por eso no nos debe extrañar que el próximo Congreso sea peor que este, donde las mafias tendrán curules y podrán elaborar las leyes que quieran.

¿Cómo hemos llegado a esto? Pues todo empezó con la desintegración de la partidocracia en los años noventa, atacada por el fujimorismo, que para no tener contrapeso se dedicó a desaparecer a los partidos políticos tradicionales y fomentó la aparición de movimientos sin ideología, historia ni programa, donde podía afiliarse cualquier advenedizo con plata o poder.

Por eso, estos nuevos políticos podían pasarse de una agrupación a otra sin asco. Esos eran los llamados ‘tránsfugas’. Los partidos, mal que bien, servían como filtro o selección de los mejores ciudadanos para que pudieran postular a un cargo, sea alcalde, regidor, congresista o presidente de la República.

Partidos como el Apra o Acción Popular preparaban a sus cuadros desde niños y jóvenes. Y había un seguimiento por parte de los líderes. Aparte, había una fuerte competencia interna, debate y las denuncias servían para saber si un miembro de partido era honesto. Ahora no existe eso.

Las agrupaciones muchas veces son empresas familiares o empresas a secas, donde se pide dinero para una vacante o para una ubicación en una lista de candidatos. No hay ideología, una guía programática o manera de entender el mundo. Solo se busca poder. Con el poder gobiernan el país, a las instituciones y pueden hacer lo que quieran. Así, estamos a un paso de ser un narcoestado. Cuidado con eso.

En las próximas elecciones investiguemos a los candidatos. De eso depende nuestro futuro”. Asu, Gary tiene razón. Me voy, cuídense.

MÁS INFORMACIÓN:


Contenido sugerido

Contenido GEC