Motiven a jóvenes.
Motiven a jóvenes.

Mi amigo Gary me llamó para compartirme su alegría porque se hizo la prueba molecular del Covid-19 y salió negativa. Él es reportero gráfico y está en primera línea del ejército periodístico que todos los días nos mantiene informados.

“María, aunque en la actualidad tenemos el foco puesto en los niños, los jóvenes también están sufriendo los irremediables efectos del aislamiento social. Según un estudio realizado por la University College de Londres, los adolescentes y jóvenes presentan más ansiedad, depresión y soledad que las personas mayores de 50 años. La juventud es una etapa de mucha actividad y adrenalina, que se ha visto frenada de golpe por la pandemia.

Las redes sociales, mediante las cuales pueden comunicarse, jugar y hasta celebrar en línea sus cumpleaños, cada uno en sus casas, son un alivio, pero ellos están en una etapa que se caracteriza por el movimiento, la práctica de algún deporte, el baile, el saludo del ‘dame esos cinco’, la palmadita y hasta bromas bruscas. Sin embargo, nada de eso pueden hacer ahora y cuando vuelvan a encontrarse no será igual. Los padres tenemos la responsabilidad de apoyarlos, hablarles, darles cariño y animarlos.

Aquí te dejo unos consejos para tus lectores.

  • Mostrarles cariño, respeto y admiración, tanto con palabras como con gestos. Una sonrisa dice muchas cosas.
  • Respetar sus espacios. Es decir, alejarse para estar más cerca. Ellos necesitan estar más tiempo con el celular conectados a sus amigos, precisan de privacidad y ese respeto mejorará la relación con sus padres.
  • Animarlos a realizar ejercicios o bailar al menos durante una hora diaria.
  • Apoyarlos en sus actividades escolares o académicas, que por varios meses más deben realizarse de manera virtual.
  • Hacerlos participar en las tareas del hogar. Ahora se puede aprovechar que es necesario poner más énfasis en la limpieza de la casa.
  • La crisis nos obliga a todos a estar más tiempo en casa y esa circunstancia puede facilitar las reuniones familiares. Es una oportunidad para conectarnos.
  • Reforzar la comunicación afectiva. Tanto con palabras habladas y escritas, como con gestos. Las miradas también denotan afectividad.
  • Motivar y alentar. Felicitarlos por lo bueno que están haciendo, aunque sea algo cotidiano. Hablarles sobre la importancia de enfrentar con espíritu positivo y esperanza las adversidades”.

Tiene razón mi amigo Gary. Me voy, cuídense.


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