Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por una causa de atún con mayonesa, lechuga, aceitunas negras y, para tomar, un refresco de maracuyá. “María, todos los días salgo de comisión periodística y veo cómo el país se está poniendo de cabeza por el ejército de incompetentes y corruptos que están ingresando al Estado.
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Verdaderos ignorantes a los que ponen en puestos claves solo para que se llenen los bolsillos, pero que están destrozando los ministerios y otros organismos. Hay varios ejemplos. Hace meses el pasaporte te lo entregaban en un par de horas. Ahora, hay que esperar meses para que te den el documento y ni así. Muchos siguen perdiendo vuelos.
¡Hay madres con sus hijos pequeños que deben ir al extranjero para que reciban atención médica especializada! El mismo vía crucis se vive para obtener el brevete, para las placas de los carros. En los hospitales no hay medicinas.
Lo último ha sido el paro de controladores de los aeropuertos en el inicio de la Semana Santa. Todos los trabajadores tienen derecho de hacer huelga, pero no se entiende que la ministra de Trabajo, la discutida Betssy Chávez, haya dado permiso para que sea cuando aumentan los viajes de turistas nacionales e internacionales.
Una visitante mexicana en el aeropuerto Jorge Chávez se quejaba amargamente porque no podía viajar a Machu Picchu, pues había perdido reservas de vuelos, de hotel, tours y otros. ‘Saqué préstamos para hacer este viaje, no es justo’, dijo indignada.
LA MINISTRA CHÁVEZ DEBE RESPONDER POR ESTE DAÑO AL PAÍS
Por supuesto, ya sabemos lo que contará cuando llegue a su país y le pregunten qué le pareció el Perú. La ministra Chávez debe responder por este tremendo daño al país y a la economía de miles, pues se han perdido varios millones de soles. Pero no solo es eso, las mineras están dejando de operar por los bloqueos, mientras el gobierno parece alegrarse con las acciones violentistas.
La mina Cuajone va a cumplir dos meses de paralización porque los promotores del sabotaje hasta ayer seguían bloqueando la vía férrea para el transporte de minerales y, el colmo, llevaban el mismo tiempo en poder del reservorio artificial que abastece de agua a la mina y al campamento minero donde hay más de cinco mil personas, entre ellas mujeres y niños.
Qué gobierno en el mundo permite que un grupo deje sin agua a miles de personas. Cuajone está a punto de cerrar, con lo que el Estado dejaría de percibir en un solo año 3 mil 100 millones de soles solo en impuestos y regalías.
Además, se perderían unos ocho mil puestos de trabajo. Y Cuajone no es la única mina jaqueada. El Perú está de cabeza y los pobres lloran”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.
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