Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un chaufita de mariscos con cremas, rocotito y, para tomar, una limonada fresca. “María, tú y yo siempre hemos conversado sobre la enorme importancia de que los padres eduquemos bien a nuestros hijos. No se trata solo de dar dinero para su alimentación y ropa. Ser padre es mucho más, pues hay que brindar a los chicos atención, amor, respeto y disciplina.
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El caso del sangriento asesinato de cinco miembros de una familia en un auto en San Miguel, a manos de sicarios, ha conmocionado al país. Lo peor es que tres de los asesinos capturados son bastante jóvenes. ¡Uno de ellos solo tiene 18 años! Un muchacho que hace muy poco dejó la edad de la niñez. Cómo personas tan jóvenes pueden cometer semejante monstruosidad, incluso sin importarles que había dos menores de edad.
Creo que el ambiente en el que se desarrollan las personas influye bastante en su desarrollo. Chicos dejados en el abandono moral, así vivan con sus padres, pueden ser fácilmente captados por la delincuencia y utilizados para perpetrar los peores crímenes. Los gatilleros que desataron el baño de sangre en San Miguel mataron sin dudar y, es más, lo hicieron con saña.
Los hombres y mujeres que tienen hijos no pueden dejarlos crecer a su libre albedrío. Hay que ejercer control y disciplina con ellos, pero de manera justa y respetuosa, sin insultarlos, sin humillarlos ni golpearlos. Demostrándoles amor. Algunos consejos para lograr que nuestros hijos sean personas de bien:
- Estimula su autoestima: Las palabras y acciones de los padres tienen un impacto en el desarrollo de la autoestima de los hijos. El elogio de los logros, aunque sean pequeños, hará que los niños estén orgullosos. Hay que dejar que hagan cosas para que se sientan capaces y fuertes. Los comentarios denigrantes o las comparaciones negativas con otros niños los hará sentir inútiles.
- Reconoce sus buenas acciones: Piensa si los criticas más veces de las que los felicitas. ¿Cómo te sentirías si tu jefe te tratara así siempre? Reconoce lo positivo que hagan: ‘Hiciste la cama sin que te lo pidiera, ¡qué bien!’. Comentarios así son mucho mejores para alentar la buena conducta que las amonestaciones continuas.
- Establece límites. Y además sé coherente con la disciplina. Esta tiene el objetivo de ayudar a que los niños elijan los comportamientos aceptables y aprendan a autocontrolarse. Pon reglas, por ejemplo, no mirar televisión hasta que estén hechas las tareas. Primero advierte y luego castiga: Podría ser no dejarlo ver la televisión.
- Enseña con el ejemplo. Los niños pequeños aprenden sobre cómo actuar viendo a sus padres. Cuanto más pequeños, más los imitan. Antes de reaccionar agresivamente frente a tu hijo, piensa: ¿Es así como deseo que mi hijo se comporte cuando se moleste?”. Qué buenos consejos de Gary. Me voy, cuídense.