Serfor inicia rescate de animales tras derrame de petróleo en Lobitos, en Talara
Serfor inicia rescate de animales tras derrame de petróleo en Lobitos, en Talara

Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un pollito al sillau con arroz blanco y camotito sancochado. Para calmar la sed pidió una jarra de limonada frozen. “María, hace unos días un derrame de petróleo en el norte afectó seriamente el ecosistema de

A poco de iniciarse la temporada turística, los hoteles, Airbnb, restaurantes y demás negocios han debido cerrar. Además, cientos de pescadores no pueden salir al mar a trabajar. Petroperú, la empresa responsable, dice que ya se limpió la zona, pero siguen apareciendo aves, pingüinos y hasta delfines muertos.

El impacto se compara a lo ocurrido hace tres años en Ventanilla, donde otro derrame, esta vez de la Refinería La Pampilla, afectó a por lo menos tres distritos de Lima. Está bien que exista actividad petrolera y minera en el país, pero debe haber controles y un estricto manual para evitar este tipo de desastres ambientales.

No todo se resuelve con pedir disculpas y enviar obreros a recoger el crudo en baldes. El Congreso debería elaborar leyes para castigar con cárcel efectiva a los responsables de desastres ecológicos. Lo sucedido en Lobitos y Ventanilla no solo ensució las playas. También evitó que miles de trabajadores, como pescadores, cocineros y otros, se ganen la vida.

Igualmente afecta el ecosistema con la muerte de miles de especies. El Congreso, tan eficiente otras veces para castigar a sus enemigos políticos por cosas menores, debería iniciar de inmediato una investigación y meter en la cárcel a los culpables del último derrame.

¿Qué mundo le vamos a dejar a nuestros hijos, si en nombre del progreso permitimos que se destruya nuestro mar, playas y las especies que viven en ellas? Desarrollo sí, pero con empatía y respeto a nuestra amada tierra, que es el único hogar que tenemos.

Y así como pasa con el océano, deberíamos protestar también por la deforestación de la Amazonía, con el pretexto de hallar más tierras para la agricultura”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.

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