Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un chilcanito de pez luna, pescadito frito con arroz graneado, papa frita y ajicito. Para tomar, pidió chicha morada. “María, no es exagerado decir que Lima se ha convertido en una de las ciudades más peligrosas del mundo.
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Esa balacera infernal registrada la madrugada del sábado en Surquillo es un claro ejemplo de ello. Delincuentes venezolanos se enfrentaron hasta con una granada de guerra a la Policía, tras ser intervenidos mientras planeaban robar una camioneta de alta gama a un empresario.
Yo creo que debemos ponerle coto a esto de manera inmediata, pues de no reaccionar a tiempo podemos convertirnos en algo así como México, donde las bandas de narcotraficantes se enfrentan con ametralladoras y hasta bazukas en las calles, o se meten a hoteles de lujo en Cancún para cazar a sus rivales.
Ayer nomás, hubo una balacera en Caquetá con un fallecido. Extorsionadores atacaron a miembros de una banda rival, asesinaron a uno y dejaron dos heridos. Lo primero que se debe hacer es detener a todos los extranjeros ilegales y regresar a los que tienen antecedentes penales o policiales.
No podemos hacer de buenitos y acoger a maleantes, secuestradores, asesinos y narcotraficantes. Suficiente tenemos con nuestros propios hampones. Cerremos las fronteras ahorita. Hagamos un corte y comencemos a hacer redadas en discotecas, bares, prostíbulos y en las calles para cazar a los hampones foráneos.
La noche del domingo la candidata del Frente Esperanza, Elizabeth León, reveló una cifra preocupante: En las cárceles peruanas hay más de 2500 delincuentes venezolanos presos. Es decir, una cantidad enorme de hampones que hacen gastar al Estado peruano una cantidad enorme por comida, instalaciones, servicios y hasta seguridad.
El peruano está desguarnecido. Y todo esto al presidente Pedro Castillo no le parece interesar. Claro, si está resguardado hasta por cincuenta policías. En realidad, ya se sabe que el mandatario no tiene un plan. Llegó al gobierno de casualidad y no sabe qué hacer.
Al menos que cumpla su promesa de campaña de sacar del país a los rateros extranjeros. Que Nicolás Maduro se encargue de ellos. O es que ha sido una maniobra del dictador venezolano, eso de abrir sus fronteras para que toda la escoria de ese país se vaya a otras naciones.
Mano dura contra el hampa, vayamos a sus escondites, arrestémoslos, no les demos un centímetro de ventaja, hagámosles la vida imposible. Nosotros tenemos la ley, el uso legal de la fuerza. Y no le hagamos caso a esas ONG de derechos humanos que solo se interesan por los delincuentes y no por las víctimas. Esta es una guerra contra el crimen. La sociedad entera debería participar de esta cruzada nacional”. Muy bien dicho por Gary. Me voy, cuídense.