
Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un estofado de gallina y arrocito blanco. Para tomar pidió una jarrita de naranjada. “María, otra vez el B.A.P. Unión, buque a vela más grande de Latinoamérica, que a la vez funciona como escuela de los cadetes de la Marina de Guerra, viajará a todo el mundo llevando la cultura peruana en cada puerto. Según se informó, junto a la tripulación estará la Casa Perú con una selección de identidad nacional y de oferta exportable que son motivo de orgullo. Se llevará café peruano, pisco, quinua, cacao, maca, aguaje, textiles de fina fibra de alpaca y artesanías.
En un primer tramo acoderará en Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Países Bajos, Panamá, Dinamarca e Irlanda. Es una interesante manera de llevar nuestras tradiciones y productos a destinos interesantes para el turismo y la exportación. Es que el Perú tiene mucho por ofrecer. Sin tener más que nosotros, México o Argentina son más conocidos que nosotros.
Al menos en los últimos años, la imagen ha ido cambiando. En especial con la gastronomía. La comida peruana ha entrado de lleno a Europa, Asia y Estados Unidos, donde se alaba la interesante fusión de potajes con ingredientes chinos, japoneses, italianos, indígenas, africanos y españoles. Somos una suma de todas esas culturas, pero potenciadas por los años.
Según la ministra de Comercio Exterior y Turismo, Desilú León, “cuando el buque llega es una emoción enorme. La gente espera visitarlo. En cada puerto queremos dejar un pedacito de la historia, gastronomía y cultura del Perú”. Eso se debe graficar en el aumento del turismo y de nuestras exportaciones. Sin esos dos pilares no podemos crecer económicamente. Necesitamos abrir nuestros mercados y seguir el ejemplo de otros países, como China o Corea del Sur. Pero primero nos tienen que conocer en todo el mundo, que vean nuestras posibilidades”.
Muy bien dicho por Gary. Me voy, cuídense.