Relaciones tóxicas.
Relaciones tóxicas.

Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un adobo de chancho, yuquita sancochada y salsa criolla. Para tomar pidió una jarrita de limonada.

“María, impresionantes las revelaciones de la cubana Dalia Durán, sobre su tóxica relación con el cantante John Kelvin y también con un médico que la hizo abortar luego de presumiblemente doparla. Con crudeza, dijo que el papá de sus hijos la golpeó en repetidas veces y en una ocasión hasta le pisó la cabeza delante de uno de sus niños.

Señaló que finalmente decidió dejarlo tras descubrir que planeó un encuentro con una persona trans, durante el velorio de la abuela de él. Además, afirmó que el intérprete abusó de ella, por lo que este purgó prisión hace unos años, pero luego salió debido a que la cubana se retractó de sus acusaciones. Todo esto nos revela que Dalia tuvo relaciones tóxicas que han marcado su vida. Lo que es peor, este tipo de vida afecta a sus hijos, que han visto demasiada violencia en casa y, sin duda, crecerán con ese trauma.

Las chicas deben alejarse a la primera de los hombres que las maltratan. No hay diferencia si son gritos, insultos o golpes. Son agresiones. Nadie tiene derecho a violentarte, a hacerte sentir mal. A la primera señal, hay que romper esa relación. No olviden que el hombre que pega una vez, pega siempre. Los golpeadores no cambian. Les gusta manipular a las mujeres, lloran, prometen, se arrodillan para que los perdonen, pero al cabo de unos días vuelven con sus maltratos.

Las mujeres no tienen por qué vivir una mala vida al lado de un hombre malo. Si una chica ha sido golpeada o violentada, puede denunciar en una comisaría, en la Demuna o en el Ministerio Público. Las leyes están para proteger a las víctimas. Solo es una cuestión de decisión alejarse de las parejas tóxicas.

Tampoco es pretexto el decir: si lo dejo, ¿quién va a alimentar a mis hijos? Eso podía ser antes. Ahora cualquier juez puede ordenar una pensión alimentaria. Y si el padre se niega o se hace el loco, va derechito a la cárcel. Y las mujeres trabajan y lo hacen bien”.

Tiene razón, Gary. Me voy, cuídense.

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