Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un chaufa de mariscos servido con su sopita wantán de cortesía y una jarrita de naranjada. “María, pese a la crisis, aún hay mucha gente en busca de vivienda, sea casas o departamentos, en Lima y el resto del país. Especialmente parejas jóvenes o profesionales solos que desean cumplir el sueño del inmueble propio.
La inversión es alta. Por lo que muchos llaman ‘burbuja inmobiliaria’, un departamento de 70 metros cuadrados, por ejemplo, no baja de los cien mil dólares en un distrito de clase media. El precio varía dependiendo del lugar donde se encuentra o si tiene cochera y otros servicios.
En los últimos años la prensa ha acogido denuncia de estafas en la compra de inmuebles. Muchos han dado iniciales de decenas de miles de dólares y el ansiado departamento nunca se construyó. Otros edificios se quedaron en casco porque los empresarios inmobiliarios vieron esfumarse el dinero. Hay que tener cuidado con quién se hace contrato. Sobre todo hacer un seguimiento de la empresa y los propietarios.
Como dice mi abuelo, lo mejor es elegir una empresa grande y de prestigio en el país, así nos cueste un poco más caro. Así nos evitamos perder nuestros ahorros de muchos años. Los proyectos deben tener detrás bancos prestigiosos que avalen las obras. También visitar cada cierto tiempo el lugar donde se construye para ver cómo va el avance.
- Verifica la identidad y la reputación de la empresa inmobiliaria y de sus directivos.
- Insiste en ver la propiedad en persona y también los departamentos modelos.
- Realiza un estudio de títulos y solicita la documentación relevante.
- Asesórate legalmente para que el contrato diga lo que se acordó inicialmente.
- No realices pagos en efectivo. Ninguna inmobiliaria seria trabaja con pagos en efectivo.
- Sospecha de los precios muy bajos, pero antes investiga precios del mercado”. Me voy, cuídense.
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