En esta cinta Tom Cruise demostró que es un actor de carácter. (Captura YouTube)
En esta cinta Tom Cruise demostró que es un actor de carácter. (Captura YouTube)

El fotógrafo Gary llegó al restaurante por sus lentejitas con pescado frito, arroz blanco, ensalada fresca y un emoliente calientito. “María, llegué temprano a la Redacción y me encontré con ‘El Sonámbulo’. Estaba con sus alumnos de Periodismo, como todas las semanas, encabezados por la guapita chica de lentes y un gordito preguntón. La película escogida para esa semana fue ‘La firma’, aunque en Perú se tituló ‘La fachada’, del notable Alan Pakula, donde demuestra cómo en Estados Unidos también hay abogados que cruzan la línea y se convierten en parte de la terrible mafia, la ‘cosa nostra’. Esta producción consolidó a Tom Cruise como un actor de carácter. Basada en un best seller de John Grisham, el filme nos relata la vida de un joven abogado recién egresado de Harvard, Mitch MacDeere (Tom Cruise). Pese a que los grandes bufetes de Nueva York lo han invitado a trabajar con ellos, este acepta la propuesta de un oscuro abogado que no le ofrece prácticas como los neoyorquinos, sino un trabajo en una pequeña, pero acaudalada firma de Memphis (Tennessee). Le ofrecen no solo un sueldazo, sino que le entregan un auto nuevo Mercedes Benz y una casa propia en una zona residencial.

Allí se muda con su bella esposa Abby. La gran interrogante es, ¿por qué tanta belleza? Pero Mitch no es tonto. Rápidamente establece que si bien a ese bufete era difícil entrar, mucho más difícil era salir, o, por lo menos, salir con vida, pues descubre que dos miembros del estudio han muerto en circunstancias violentas y su jefe, el abogado Avery Tolar (grande Gene Hackman) no le da importancia al asunto ni nadie del bufete.

Cuando Mitch se contacta con un detective privado, amigo de su hermano, este le revela que esos abogados querían abandonar la compañía y por eso fueron asesinados. En ese momento el joven profesional es contactado por el agente del FBI, Wayne Tarrance (Ed Harris), quien lo pone al tanto de todo. Y les dice que esos dos abogados iban a declarar, pero los descubrieron. Y es más, le confirman que ese bufete, donde sus integrantes ganan sueldos millonarios, son la ‘fachada’ de la poderosa mafia de Chicago de la temible familia Morotto. Ellos se encargan de lavar dinero sucio para blanquear ‘los millones producto de drogas, extorsión, asesinatos y robos’. Los abogados mafiosos son como perros de presa y olfatearon el peligro y acosan a Mitch, a la par que chuponean sus teléfonos. Su mujer Abby está aterrada y para colmo el jefe de su marido, el abogado mafioso Avery Tolar está enamorado de ella y la invita a un viaje a las Bahamas, que ella acepta para salvar a su marido.

‘Cuando volví a ver el filme, me imaginé que esos abogados mafiosos eran los jueces Walter Ríos y César Hinostroza. Les recomiendo que lean el libro’, finalizó ‘El Sonámbulo’”. Pucha, ese señor es un gran periodista y, sobre todo, un maestro. Me voy, cuídense. las clases de ‘el sonámbulo’

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