Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un caldito de pollo, arroz a la jardinera con chuleta y, para tomar, chicha morada heladita. “María, luego de dos años de pandemia y restricciones para no morir con el coronavirus, la vida ha vuelto casi a su normalidad.
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Esto se comprueba en los salones de bailes llenos todas las semanas, en los centros comerciales rebosantes de clientes, en los restaurantes sin mesas para comer, en los estadios de fútbol y en los gimnasios. ¿Por qué entonces no pasa lo mismo con los colegios? ¿Por qué no permiten que los escolares de todo el país tengan una educación digna y de calidad? Porque me refiero a los alumnos de colegios estatales, esos que durante dos años recibieron clases ¡por televisión! La brecha de calidad en la educación se ha ahondado más con los estudiantes de colegios privados.
Ayer, el ministro de Educación, Rosendo Serna, dijo que planteará al Consejo de Ministros eliminar el distanciamiento en aulas y permitir la totalidad de aforo. Pero esto sucederá cuando se corrobore que los maestros están vacunados con las tres dosis y los alumnos al 80% con dos dosis. Pero al paso que va la vacunación, esto sucederá ¡a finales de año!
Ciertamente el proceso de vacunación ha sufrido un pare desde que el gobierno, en una muy mala decisión, sacó del cargo de ministro de Salud a Hernando Cervallos y puso en su reemplazo a Hernán Condori, el popular ‘agüita arracimada’. Se han desmontado centros de vacunación y por eso uno ve los vacunatorios con muy poca gente.
De otro lado, el titular del Minedu también señaló que las instituciones educativas van a entregar a todos los alumnos un permiso autorizado para puedan pasar por las brigadas de salud y así completar su esquema de vacunación. Eso lo han debido hacer antes. Ya van casi dos meses de clases.
Pero el tema de la educación no es el único problema. El año pasado, el entonces ministro de Educación, Juan Cadillo, expuso un informe ante el Consejo de Ministros. En este reveló que la pandemia provocó un fuerte impacto emocional: el 34% de los estudiantes de tercero de primaria y el 45% de estudiantes de primero de secundaria han experimentado síntomas de depresión y ansiedad producto del encierro compulsivo.
Además, la proporción de estudiantes por debajo del nivel mínimo de rendimiento en PISA podría aumentar -alerta el Minedu- en por lo menos 22 puntos porcentuales, es decir, a niveles por debajo del 2012. O sea, todo el esfuerzo logrado en estos últimos diez años se fue al agua. Es hora de arreglar esto”. Asu, qué datos que trae Gary, pero todo es cierto. Me voy, cuídense.
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