El fotógrafo Gary llegó al restaurante por su riñoncito al vino con arroz graneado, rocotito molido y una jarra de chicha morada al tiempo. “María, llegué temprano y encontré en la Redacción al legendario periodista de policiales ‘El Sonámbulo’. Estaba fumando muy serio, tecleando en la computadora y sus ojos brillaban. ‘Gary, después de años se produce un , de esos que dejan huella en las crónicas rojas de policiales. El doble crimen de los esposos en Comas tiene todos los ingredientes para que Hollywood filme una película con Oliver Stone, al estilo de ‘Asesinos por naturaleza’. La víctima es Samuel Mifflin (75), un empresario retirado que se había divorciado de su primera esposa, quien se fue a vivir con Jack, su hijo adolescente, a Estados Unidos. En Perú, el padre estableció una relación con Irma Peralta, quien era treinta y dos años menor. Fruto de esta unión tuvieron a una niña que hoy tiene quince años. Jack, el hijo del primer matrimonio, resultó ser una ‘joyita’ y fue denunciado veinte veces en el estado de Florida por diferentes delitos, hasta que las autoridades estadounidenses lo deportaron de por vida. Su madre le exigió a Samuel Mifflin que le entregara la casa de tres pisos de a su hijo, pero el anciano replicó que allí vivía él con su familia y su hija pequeña. La mujer le entabló juicio, pese a que Jack ya era un manganzón veinteañero.

Según denuncia policial, Jack envió matones para desalojar al anciano y a su familia, pero por la vía legal, su madre trataba de quedarse con la casa. Todo terminó cuando en un descampado de Carabayllo, la policía encontró dos cuerpos -un hombre y una mujer- salvajemente torturados y asesinados a golpes, cuchilladas y balazos. Inmediatamente, los ‘tigres’ de Homicidios (el hijo) y a su conviviente, la venezolana Katerine Montero, así como a la madre de Jack, que sospechosamente había llegado de Estados Unidos. Jack, cínicamente, negó cualquier relación con el crimen, pero un intenso interrogatorio y la amenaza de pasar largos años en una prisión peruana lejos de su familia obligó a la ‘veneca’ a revelar lo que sucedió. Jack y su madre torturaron con shocks eléctricos y golpes a los esposos y los asesinaron en el primer piso de la casa. Los instrumentos de tortura los proporcionó ¡un policía en actividad!, quien fue detenido y aseguró que no sabía que eran para cometer un asesinato. La ‘llanera’ se defendió y aseguró que solo ‘limpió la sangre’. Los ‘sabuesos de Homicidios’ no le creen, pero increíblemente la han dejado libre. Gary, la última jugada de la madre de Jack, que ya no tiene nada que perder, es . Pero es imposible que una sola mujer haya podido maniatar y asesinar a dos personas sin un cómplice’. Pucha, lo que me cuenta ‘El Sonámbulo’ me estremece”. ¿Hasta dónde puede llegar la ambición a tal punto que un hijo sea capaz de matar a su propio padre y a su madrastra? Estoy horrorizada. Me voy, cuídense.

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