Mi amigo Gary llegó al restaurante por su lomito saltado al estilo norte chico, con cebollita china y unas gotitas de sillao, su ajicito molido y una jarra de emoliente al tiempo. “María, los chicos están volviendo al colegio y los padres debemos estar preparados para apoyarlos en todo. Una de nuestras grandes preocupaciones es que nuestros hijos estén bien tanto física como mentalmente en las aulas, que tengan buena relación con sus profesores, compañeros y toda la comunidad educativa. Lamentablemente, en los salones de clase, el patio y hasta en los alrededores del colegio, muchas veces ocurre el llamado bullying, que es el maltrato o acoso contra un escolar con el objetivo de asustarlo o someterlo. El bullying puede ser psicológico (atacan la autoestima para causar sensación de temor), verbal (pueden ser insultos, apodos, desprecio o burla por defectos físicos) y social (busca apartar a la víctima del resto de sus compañeros o grupo). Estos abusos también se dan entre niñas y en los últimos años se están utilizando hasta las redes sociales como arma de ataque. El bullying puede deberse a diversos factores, como problemas en la propia casa (violencia familiar, divorcio de los padres, la situación socioeconómica o la mala organización en el hogar) o problemas de conducta del niño por maltrato de los papás, hermanos o amigos, por lo cual buscan vengarse con otros. Por eso, los padres debemos tener mucho cuidado y no perder de vista a nuestros hijos.
- Transmitir valores de respeto, honestidad, solidaridad y otros.
- Desarrollar el concepto de una familia con vínculos de apego y pertenencia. El hogar es como un paraguas.
- Ayudarlos a controlar sus emociones. No tolerar berrinches o desobediencias, hay que hacerlos razonar.
- Fomentar la autoestima, que se sientan capaces, pero con disciplina.
- Mucha comunicación y confianza en casa. La estrategia básica para resolver conflictos es el diálogo.
- Instruirse sobre la prevención de adicciones.
- Conocer dinámicas para que los hijos aprendan a socializar y convivir en la escuela de forma sana. Mostrarles las alternativas para buscar ayuda si son agredidos.
- Estar preparados para detectar trastornos alimenticios, depresión y autoagresión con sus causas.
- Cero golpes para educar, pues la violencia y los maltratos se imitan.
- Fomentar sus gustos para que desde pequeños fortalezcan su personalidad y se enfoquen en un proyecto de vida”.
Tiene razón mi amigo Gary. Me voy, cuídense.
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