Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por una pachamanca a la olla de pollo y carne de res, con papitas, habas, rocotito molido y, para tomar, una jarrita de refresco de maracuyá friecito. “María, creo que nadie puede llamar a los peruanos xenófobos o abusivos con los extranjeros. Sería injusto y una mentira enorme. Cuando cientos de miles de venezolanos escapaban del régimen genocida y hambreador del socialista Nicolás Maduro, Perú se levantó y les abrió las puertas. Como no lo hicieron otros países vecinos que hoy les aplican políticas migratorias durísimas, obligándolos a escapar nuevamente. Como resultado de esa migración, en nuestro país hoy viven más de 1.5 millones de venezolanos. Repito, todos son bienvenidos, aunque el Perú no es ningún país rico y hay miles y miles de peruanos que no tienen cubiertas sus necesidades básicas en salud, educación y otros.
Pero el grave error fue abrir las puertas sin aplicar mínimos controles migratorios. Algo imposible que ocurra en otros países mínimamente serios. Uno no puede invitar a su casa a sanguinarios criminales que una vez dentro te van a asesinar para quedarse con tus cosas. Son bienvenidos los venezolanos y cualquier otro extranjero de bien, que desee labrarse con trabajo honrado un futuro mejor para ellos y sus familias.
Que sepan respetar a todos los ciudadanos peruanos, a la Policía. No queremos a delincuentes que roban, asaltan y asesinan. No podemos permitir que sanguinarios extorsionadores sigan operando en nuestro país, pues con los criminales nacionales que tenemos acá basta y sobra. Eso no es ser xenófobos. Eso es simplemente mostrar un poco de responsabilidad.
El gobierno debe impulsar la regularización que ha iniciado de la situación migratoria de cada extranjero en el país y, cumplido el plazo, que son seis meses, detener a los indocumentados y expulsarlos del territorio nacional. La regularización de documentos conviene a todos, incluidos a los extranjeros, pues así podrán gozar de más beneficios, como abrir una cuenta bancaria, conseguir mejores trabajos. Los que prefieren estar en la ilegalidad, salvo contadas excepciones, son los delincuentes, los buscados por las autoridades por crímenes de diversa índole.
El gobierno debe continuar con esta tarea y no dejarla de lado cuando pasen algunos días. Tienen la obligación de hacerlo porque en este momento criminales foráneos siguen asesinando a inocentes peruanos. Ayer se conoció el triste caso de una señora que fue a cobrar el alquiler a dos extranjeros y estos la mataron a golpes antes de huir. Situaciones como esta ocurren todos los días y por eso la gente está harta. Repito, no es bronca a los migrantes, es bronca a los criminales que vienen de otros países a matar compatriotas”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.