Inseguridad ciudadana
Inseguridad ciudadana

Este Búho tiene que advertir que no solo el gobierno está perdiendo en la guerra contra la maldita ola de criminalidad que está dominando el país. Principalmente la pierde la gran masa de la población que lucha por sobrevivir con una economía en recesión, con la consiguiente falta de trabajo, bajos salarios y aumento de los precios en los mercados. Y para colmo, los emprendedores, los que no viven de un sueldo fijo, los que trabajan de manera independiente en sus negocios, restaurantes, bodegas, puestos en mercados, colegios, peluquerías, ambulantes y hasta mototaxistas que trabajan en el día a día son extorsionados por sanguinarias bandas delincuenciales, en su mayoría venezolanas, digitadas por el siniestro ‘Tren de Aragua’.

La presidenta Dina Boluarte anunció que declaraba el ‘Estado de emergencia’ en algunos distritos con la finalidad de controlar la criminalidad. Se pensaba que el apoyo de los militares a la Policía Nacional en el control territorial podía servir como un elemento disuasivo e intimidatorio para la delincuencia, pero con el paso de las semanas se evidenció que la medida fue adoptada sin tener un plan mínimo, una estrategia articulada entre la Policía, el Ejército y el serenazgo municipal. Los militares brillan por su ausencia y en San Juan de Lurigancho las calles siguen llenándose de cadáveres víctimas de los extorsionadores. Mientras la presidenta prefiere subirse a un avión y viajar al extranjero, el premier Otárola está en otra, inmerso en investigaciones fiscales por sus ‘amiguitas’ y no cambia a sus inútiles ministros del Interior y Defensa.

Ante este tenebroso panorama de inseguridad y escaso apoyo policial y militar en los distritos, la ciudadanía está optando peligrosamente por tomar la justicia por mano propia. Grupos de pobladores, algunos encapuchados y provistos de palos y piedras se desplazaron por las calles de Ate, El Agustino, La Victoria y Cercado de Lima para expulsar a los extranjeros que se dedican al cobro de cupos y extorsión a comerciantes y mototaxistas. Bajo la consigna ‘Ni un chamo más’ iniciaron su desplazamiento en la avenida 7 de Octubre, pasaron por la zona de San Jacinto, la avenida Nicolás Ayllón, el jirón Sebastián Barranca y la avenida Aviación.

Los vecinos revelaron que el ataque que sufrió un mototaxista en El Agustino por negarse a pagar cupo a estos maleantes desencadenó la movilización. Los vecinos llegaron a quemar las motocicletas de los supuestos extorsionadores y la Policía tuvo que hacer disparos al aire para dispersar a la turba. A través de un comunicado, la Municipalidad de La Victoria detalló que se han suscitado ‘incidentes’ entre extranjeros y peruanos en inmediaciones de las avenidas San Pablo, Bausate y Meza y Aviación. Por su parte, vecinos de El Agustino se concentraron en la avenida Garcilaso de la Vega para protestar contra las extorsiones y el cobro de cupos de los que son víctimas los dueños de bodegas y tiendas. Según declararon en un noticiero, los extorsionadores exigen el pago de 10 soles al día a los mototaxistas para dejarlos trabajar en la zona. En caso de no acceder, son amenazados con quemarles su unidad o asesinarlos.

La prueba de que el objetivo de las protestas son las organizaciones criminales venezolanas es que en los últimos días circula un volante en el que se le da un plazo de 3 días a los delincuentes venezolanos. ‘Extorsionadores, cobradores de cupos, criminales y mototaxistas para que se larguen de La Victoria, de lo contrario serán atacados a lo salvaje’. Los delincuentes extranjeros no se van a quedar con los brazos cruzados y esto puede ocasionar un estallido de violencia sin parangón y sin que los responsables de mantener la seguridad en la ciudad ni siquiera se hayan manifestado sobre esta gravísima situación.

Mientras la delincuencia avanza, los policías que se defienden de robos y eliminan a los delincuentes son encerrados en una prisión. Un pésimo precedente que corta las manos de las autoridades para enfrentar drásticamente la criminalidad, con la desesperada acción de los vecinos de hacer justicia por cuenta propia. Terrible. Apago el televisor.

TE PUEDE INTERESAR

Contenido sugerido

Contenido GEC