Este Búho habrá nacido de noche, pero no anoche. No me como el cuento de los ‘pobrecitos’ Ollanta Humala y Nadine Heredia ante una medida legal de incautación de sus bienes. El presidente del Poder Judicial, Duberlí Rodríguez, no debería asustarse con las redes sociales y más bien tendría que respaldar al juez Concepción Carhuancho. El ministro de Justicia, Salvador Heresi, dice que es una injusticia lo que le ocurre a Ollanta y espera que recupere pronto su residencia. Qué se puede esperar de este personaje, con las amistades que tiene en la cárcel por corrupción.
NAKAZAKI SE FUE DE BOCA: El afán de figuretismo del abogado de Ollanta Humala, César Nakazaki, le está pasando una terrible factura. En los medios han salido declaraciones suyas de mayo del 2017, cuando no tenía la defensa del nacionalista. Ahí comenta las revelaciones de Marcelo Odebrecht sobre la entrega de tres millones de dólares a Ollanta y Nadine. El chinito, deslenguado, se despachó con todo: ‘Esas declaraciones pueden servir como elementos probatorios para que el fiscal los acuse por lavado de activos’. ¡Y encima se fue de boca dando recomendaciones!: ‘Juárez debe tomar como delito la fuente de colusión desleal, que tiene hasta 25 años de cárcel’. En un año, el escenario no ha cambiado, al contrario, después Jorge Barata confirmó que hizo entrega del dinero, en maletines y por armadas, en el departamento miraflorino de Ollanta, inmueble que casi nadie conocía. Qué feo.
GUARDIANES DE LA ‘COIMINHA’: Luego de reunirse en Cusco con Jorge Barata y el ministro de Transportes, Enrique Cornejo, para la inauguración de la Interoceánica, el presidente Alan García por la noche convocó al Consejo de Ministros e hizo aprobar un acta de urgencia de la construcción del Metro de Lima. Paralelamente, esa obra, que debía ser ejecutada por la Municipalidad de Lima, fue traspasada al ministerio que encabezaba Cornejo. A punta de ‘decretos de urgencia’, según denunció la comisión investigadora del excongresista Luis Pari, se aprobaron adendas para las millonarias y costosas obras adicionales a favor de la única empresa que participó, sí, Odebrecht. Claro, otro decreto impidió que la Contraloría supervisara la construcción. Fue un festín dispuesto por el gobierno para los ‘tiburonazos’ de Odebrecht. Al estallar el caso Lava Jato, Marcelo Odebrecht reconoció que pagaron una coima de 8 millones de dólares en sobornos por la Línea 1 del Metro de Lima. Jorge Cuba, aprista y viceministro de Vivienda -nada que ver en Transporte- y Edwin ‘Pulgoso’ Luyo, también aprista y oscuro funcionario del Comité de Licitación, recibieron el soborno, que fue depositado en un banco de Andorra. Dos millones para Cuba y 300 mil dólares para Luyo, según los de Odebrecht. Lo sospechoso es que ninguno de los dos tocó los 5.7 millones que quedaron depositados por años en la entidad financiera. Los fiscales no creen que Alan García, ‘el principal propulsor de la obra’, no se iba a enterar de que dos oscuros funcionarios del ministerio de su amigo Cornejo estaban cobrando coimas a sus muy conocidos Marcelo Odebrecht y Jorge Barata. ¿Por qué la investigación de esta escandalosa cutra camina con paso de tortuga?
LAVANDERÍA CHINA: Cuando en las agendas de Marcelo Odebrecht se leía ‘500 mil (dólares) más para Keiko’, todos en el fujimorismo negaron que se tratara de una coima a su lideresa. Pero se le vino la noche en el momento que los propios Marcelo y Barata declararon ante los fiscales peruanos que en total le dieron ¡un millón doscientos mil dólares! a través de los empresarios Jaime Yoshiyama, ‘tío’ e influyente líder de Fuerza Popular, y Augusto Bedoya. Pero no es su único ‘chicharrón’, pues la Fiscalía de Lavado de Activos la incluyó en la investigación a su ‘mecenas’ Joaquín Ramírez. En una investigación de la DEA a este, por lavado de dinero, el piloto norteamericano Jesús Vásquez fungió como testigo y dijo que grabó en el 2011 a Ramírez cuando este le confesó que la entonces candidata Keiko Fujimori le había entregado 15 millones de dólares de procedencia ilícita para que los lavara en una cadena de grifos en Estados Unidos. ¡Esto sí está que quema! Apago el televisor.