Este Búho no puede evitar constatar lo fraccionado que está el país. Unos defienden al presidente y acusan de ‘golpistas’ a los promotores de la vacancia. Otros señalan con el dedo al mandatario y dicen que y ‘ganó plata con la corrupta Odebrecht, que renuncie o lo botamos’. Son posiciones afiladas, con los colmillos y los cuchillos entre los dientes. El panorama está muy caliente, pese a la felicidad por la rebaja de la sanción a Paolo Guerrero, nuestro capitán.
: Si el hemiciclo se convirtiera en el karaoke ‘Sopranos’, el mandatario debería cantar el tema del gran José Luis Rodríguez, ‘El Puma’: ‘Culpable soy yo’. Porque el verdadero responsable de la terrible crisis que afecta directamente su continuidad como presidente es él mismo. ¿Cómo pudo ser posible que desde que estalló el tremendo escándalo de corrupción de Odebrecht no pudo imaginar que los negocios realizados -y reconocidos a última hora el domingo- entre sus empresas y la constructora brasileña, cuando era ministro y premier, no iban a salir algún día a la luz?
Francamente, en estos momentos de crisis no dio la talla y acabó reconociendo que ‘solo se ganó alguito’ en esas asesorías, de las que no explica ni en qué consistieron y lo dejaron muy mal parado. Cantar como Mario Hart ‘Yo no fui, yo no sé’, complicó más su situación, pues ningún inversionista que se respete ignorará la ruta de sus negocios, con mayor razón si estos se estaban realizando cuando él era funcionario público. ¿Pero precisamente, por todas estas consideraciones, no debió hacerse una ‘vacancia express’, sino que era necesario haberle exigido que llegue al Parlamento con todas las pruebas que pudiera conseguir y para eso no se tenía que establecer el plazo de una semana, incluido fin de semana. Esto denotó una clara intención de sacarlo como si fuera un conserje que no cumplió con llevar el café a todos los escaños. ¡Tampoco, tampoco! Esa prepotencia evidente escudándose en fines altruistas y moralizadores, vociferados por congresistas de Fuerza Popular que hasta tuvieron el cuajo de sacar a la luz el nombre del encarcelado Alberto Fujimori como ejemplo de honestidad, fue una prueba de que el fujimorismo confundió lo que significaba ‘un debido proceso’ con una suerte de ‘revolución’ con Becerril llevando la peluca de Robespierre y armando el cadalso donde guillotinar a un Luis XVI, personificado por Pedro Pablo.

KEIKO FUJIMORI: Ella, desde las graderías, debería pedir el micrófono en el karaoke y cantar a todo pulmón el tema de Olga Tañón ‘Es mentiroso’. Pero no nos engañemos. Esta vacancia fue soñada por la hija de Alberto desde la noche en que mordió la almohada para que no la escuchen llorar al haber perdido frente al veterano inversionista. Keiko no fue a saludarlo, mandó a su bancada a hacer berrinche y muchos PPKausas en el congreso se reían porque varios conspicuos legisladores ‘naranjas’ murmuraban que el presidente no duraba ni dos años. Su maquinaria y los clamorosos errores del presidente abonaron este trabajo, al principio disimuladamente y luego de forma abierta y rochosa, con el taimado apoyo de los legisladores apristas digitados por García: ‘Sipán’ Velásquez Quesquén y ‘Escudero’ Mulder. El último aspira sueños de opio de pretender llegar a Palacio. El otro no le haría ascos a un premierato en un apocalíptico gobierno naranja si se tumban a PPK, Vizcarra y Aráoz, en ese orden. Pero los analistas sopesan que una vacancia del mandatario sería un golpe mortal para las aspiraciones de Keiko, porque su nombre está ligado con esta olla maloliente de corrupción del ‘chef’ de la cutra y las aceitadas, Marcelo Odebrecht. Sus vínculos con los corruptores no solo los vislumbra el imaginario popular con los ‘¡500 más para Keiko!’, sino que el escándalo de los aportes falsos, con testigos incluidos y amenazas de renombrados fujimoristas, permitiría seguir una ruta del dinero al menudeo -cinco mil verdes por cabeza- a centenares de incautos en todo el país. ¿De dónde tanta lana? ¿Brasileña o del magnate Joaquín ‘Cobrador de combi’ Ramírez? Apago el televisor.

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