Este Búho sabía que la marcha ‘Jimena Renace’ o ‘Marcha por la justicia, seguridad y paz para nuestros hijos’ iba a ser multitudinaria. La cruel muerte de un angelito de once añitos fue en esta ocasión el detonante de un movimiento que sobrepasa cualquier interés político, cualquier afán de figuretis. Ayer, los que llegaron a la Plaza San Martín eran peruanos que están hartos de que ‘monstruos’ salvajes violen y maten a sus hijos y el Estado no pueda hacer nada, de que los políticos les den la espalda ante una escalada de violencia de todo tipo, donde la sexual es la más aberrante, pero no la única, por estar enfrascados en sus ‘líos de comadres’. Me permito destacar por qué se llegó a esta terrible y peligrosa situación.
ESTADO FANTASMA: Vivimos en el 2018 y el Estado se encuentra cada vez más alejado de los ciudadanos. Sus representantes en las municipalidades, por ejemplo, se convirtieron en jefes de bandas delictivas. Muchos congresistas elegidos son ‘lobistas’ que dan leyes a favor de corporaciones y empresas que les pagan, totalmente indiferentes al pueblo. Increíblemente, PPK dijo hace poco que ‘estamos avanzando en la lucha contra la inseguridad’ justo cuando se produce una ola de asaltos a bancos. En esta semana robaron dos agencias más en un día. Otro que vivió de espaldas a lo que acontecía en el país fue Fernando Belaunde y, en 1968, los militares lo sacaron en pijama de Palacio.
ESA POLICÍA NO MERECE RESPETO: En cualquier institución siempre hay ‘manzanas podridas’, pero existen casos que dan que pensar. ¡Toda una comisaría no puede estar del ‘lado oscuro de la fuerza’! Desde su comisario, su capitán y los subalternos. Según el inspector general Gustavo Hananel, los policías de Canto Rey tenían como ‘engreído’ al violador y asesino confeso César Alva. Dijo que ‘les lavaba sus carros’ e ingresaba a la dependencia policial, ¡a sabiendas de que había sido denunciado por violación dos veces! Y testigos afirman que se paseaba como ‘Pedro en su casa’ por los salones de vacaciones útiles de las niñitas. Ahí habría puesto su mirada de chacal en Jimenita. Este miserable ya había sido capturado con 240 ketes y salió libre. Yo no tengo ninguna duda de que la pequeñita está muerta por manos de este maldito, pero considero como cómplices de este crimen a quienes lo liberaron cuando fue acusado de violar a otra menor de edad o fue encontrado con drogas, porque si hubiesen actuado como verdaderos policías, Alva estaría preso y Jimenita seguiría jugando con sus amiguitas.
NO BUSQUEN OTRO FUENTE OVEJUNA: Mientras Mauricio Mulder no duerme por quitarle la publicidad estatal a los medios privados, Becerril quiere darle unas buenas nalgadas a Kenji y Keiko coquetea con el ‘cura’ Arana para tumbarse a PPK, la delincuencia sigue haciendo de las suyas. Dos bancos asaltados en un día, los esforzados ciclistas del Morro Solar son atracados a diario, los ‘marcas’ han regresado a sus andanzas. El pueblo está hastiado de tanta inseguridad. Por eso fue tendencia la captura del robacelulares en el jirón Moquegua, en pleno Centro de Lima. El ladrón arrebató a la mala su celular a una jovencita, con violencia, pero no contó con que transeúntes lo perseguirían y lo capturarían después de varias cuadras. Fue la primera vez que las cámaras captan una reacción ciudadana violenta. A los defensores de la muchacha no les importó que el asaltante pudiera haber tenido un arma de fuego. Es que la ciudadanía está asqueada por tanta impunidad de los delincuentes... ¡y no piensan soportarlo más!, como gritaba Peter Finch en la inolvidable ‘Network, Poder que mata’. Esto debe tomarse como una clarinada. No esperen que el país se vuelta otro Fuente Ovejuna. Apago el televisor.
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