Este Búho ve el panorama político más movido que Kike Suero después de brindar toda la noche con un pisquito quebranta por la clasificación de Alianza Lima en la Copa Libertadores. Por eso, agarro mi ‘Espada del augurio’ de ‘Los Thundercats’, para que me permita ver ‘más allá de lo evidente’ y así poder dar mis acostumbrados ‘Picotitos’, bien picantes, como les gusta a mis lectores.
ATAQUES A LA PRENSA. Un pésima decisión de la presidenta Dina Boluarte fue no recibir a los representantes de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP). Esa delegación está en el Perú por los constantes ataques que los hombres de prensa vienen recibiendo desde la época de Pedro Castillo. La mandataria perdió una valiosa oportunidad para expresar su posición. Y la verdad es que los periodistas están siendo estigmatizados, muchas veces amenazados, insultados y hasta asesinados por cumplir con su labor. Los que tienen el poder están confundidos porque parecen creer que el periodismo está para alabarlos o sino son los enemigos. No es así. La función del periodismo independiente es investigar y denunciar. Eso no es atacar a la presidenta, ministro o cualquier otro funcionario público.
EL SHOW DE CASTILLO. Desde que se inició el juicio oral por su fallido golpe de Estado de diciembre del 2022, Pedro Castillo ha convertido las audiencias judiciales en un espectáculo político en el que busca presentarse como ‘víctima’ ante sus seguidores y organismos internacionales. Cada vez que le dan la palabra ofende a jueces, fiscales y hasta a sus abogados. Hace poco inició una ‘huelga de hambre’ y ayer no se presentó ante los magistrados porque ‘se descompensó’. Pero el golpista no es ninguna víctima y mucho menos un santo. Quienes lo apoyan y convocan hasta marchas por él han olvidado que, por ejemplo, Salatiel Marrufo, quien fue jefe del gabinete de asesores del Ministerio de Vivienda, aseguró ante la Fiscalía que él mismo le entregó al chotano 100 mil soles en una bolsa de regalo de parte de la empresaria Sada Goray.
TUFILLO MONTESINISTA. Está claro que con el cuento de que la fiscal de la Nación, Delia Espinoza, es ‘caviar’, el gobierno y el Congreso buscan tumbársela. La fiscal recibe fuego graneado de ministros y de parlamentarios por igual, que no solo la atacan y descalifican, sino que en menos de un mes le han interpuesto cuatro denuncias constitucionales con el objetivo de sacarla e inhabilitarla por diez años. El incapaz ministro del Interior, Juan Santiváñez, la denunció porque no quiere que lo investigue. Mejor debería someterse al peritaje de voz por los comprometedores audios de quien fue su amigo, el capitán Junior Izquierdo, ‘Culebra’. Si dice que no es su voz, que vaya a la Fiscalía y se someta a la justicia.
MALAS NOTICIAS PARA EL ‘LAGARTO’. El Congreso aprobó una decisión que se veía venir, y que es acusar constitucionalmente a Martín Vizcarra e inhabilitarlo por diez años para ejercer la función pública. Esto significa que no podrá postular a la presidencia en el 2026. La sanción es por haber cerrado el Parlamento. Su entonces premier, Salvador del Solar, quien lo ayudó en esa tarea, fue inhabilitado por cinco años. Pero en redes, donde Vizcarra tiene buena cantidad de seguidores, especialmente gente muy joven que le celebra sus videos en TikTok, dicen que el Congreso lo que en realidad está haciendo es ‘limpiarle’ la cancha a Keiko Fujimori. A ella le repiten que nunca será presidenta, así compita con un panetón.
SILENCIO POR EL ‘MONSTRUO’. Todo parece indicar que hay malos policías que sirven al sanguinario secuestrador, extorsionador y torturador de mujeres Erick Moreno Hernández, ‘Monstruo’. Cómo se puede explicar que poco después de haber dado a la Policía información sobre el paradero del prófugo criminal, un sereno de Carabayllo haya sido baleado sin misericordia en una barbería. Por qué altos mandos de la Policía, como los generales Víctor Zanabria u Óscar Arriola, no salen a hablar de este tema ante la opinión pública e informan sobre las medidas que se están tomando. Genera una muy mala sensación en la sociedad que se afirme cada vez con mayor insistencia que agentes policiales sin escrúpulos están a las órdenes de uno de los delincuentes más peligrosos del país. Apago el televisor.
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