Agustín Lozano. (Foto: Andina).
Agustín Lozano. (Foto: Andina).

Este Búho siente vergüenza ajena por la captura y detención preliminar por quince días del presidente de la Federación Peruana de Fútbol, No es común en ninguna parte del mundo que el máximo responsable del fútbol de un país sea atrapado de madrugada y enmarrocado como un vulgar delincuente. El cuestionado directivo está acusado de delitos tan graves como lavado de activos, organización criminal y otros actos de corrupción, incluido el fraude en la administración de personas jurídicas.

Sindicado por la Fiscalía como el cabecilla de la red criminal ‘Los Galácticos’, se le imputa haber presionado y amenazado a los clubes profesionales para que acepten que la empresa 1190 Sports obtenga los derechos de transmisión de los partidos del fútbol profesional, con el objetivo de que ‘todo el dinero proveniente de los derechos de transmisión sea única y exclusivamente administrado por Agustín Lozano’.

También lo acusan del uso indebido de los recursos de la Federación. Es señalado por realizar aportes no justificados hasta por 8,3 millones de soles a clubes de la Liga 1, Liga 2 y ligas departamentales de fútbol a cambio de sus votos para continuar al frente de la Federación. Como si fuera poco, es denunciado por haber llevado a 142 personas externas a la delegación peruana que fue al Mundial Qatar 2022, cuyos gastos de hoteles, desplazamientos y otros se pagaron con dinero de la Federación.

Esa práctica perversa y mafiosa de comprar dirigentes sinvergüenzas y arrastrados con dinero, viajecitos todo pagado y otras dádivas tiene sumido a nuestro fútbol en su peor crisis, pues de esa forma conducen a nuestro deporte no los más capaces ni los más honestos, sino todo lo contrario: los ignorantes, brutos y ladrones que se aprovechan del fútbol para vivir a sus anchas sin trabajar.

Este Búho jamás creyó en Lozano, un tipo que se metió por la ventana a la presidencia de la Federación en 2018, tras el encarcelamiento de Edwin Oviedo, quien era investigado por su presunta responsabilidad en dos asesinatos, de los que años después fue absuelto. Uno de los más patéticos teatros que realizó Lozano fueron sus ‘esfuerzos’ en 2022 de renovarle contrato a Ricardo Gareca como técnico de la selección. La realidad era que el de Chongoyape hablaba a espaldas del argentino con el tema de su sueldo y estaba decidido a sacarlo.

El último jueves, tras la detención de Lozano, el periodista Umberto Jara explicó las oscuras motivaciones de Lozano: “Lo bota a Gareca porque dice que es caro, pero lo hace para quedarse con ese dinero: cuatro millones de dólares al año, por cuatro años, y les quita todo a las divisiones menores. Truncó todo y ese dinero se lo robaron”.

Pero volviendo al 2022, para engañar a los hinchas, hasta viajó a Buenos Aires con el objetivo de ‘convencer’ a Gareca de quedarse en la Blanquirroja. El promocionado viaje, como ya todos saben, era solo una farsa. Para faltarle más el respeto, el presidente de la Federación ni siquiera se dignó a asistir a la reunión con Gareca y su abogado en Buenos Aires. En su lugar mandó a la cita a dos impresentables ‘dirigentes’ de provincias, uno todavía de Segunda y el otro un señor que fungía de su portapliegos en la Federación.

El ‘Pedro Castillo de la Videna’.

¿Para qué viajó entonces Lozano hasta Buenos Aires? Por eso este columnista esa vez llamó a Lozano el ‘Pedro Castillo de la Videna’. Porque igual que el chotano, destruye lo poco bueno que hay en el país. Hay que ‘agradecerle’ a este dirigente porque gracias a él el caos en los clubes profesionales, en las reservas, en las categorías menores se ha ahondado a niveles alarmantes. Una prueba es el escandaloso ascenso a Primera división del club Juan Pablo II, ligado a su familia, gracias a un arbitraje vergonzoso.

El fútbol peruano hoy atraviesa tal vez la peor crisis de su historia, agravada con las detenciones de la cúpula de la Federación, una noticia que ha dado la vuelta al mundo. Pero que esta terrible situación sirva para refundar nuestro fútbol. Algo se debe hacer para desinfectarlo de una vez por todas. Hay que aprovechar este terremoto para elegir a dirigentes idóneos, decentes, preparados, que estén decididos a desarrollar el deporte, como se ha hecho, por ejemplo, en Ecuador. Apago el televisor.

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