Este Búho no se sorprende con las radicales medidas tomadas por el estrenado presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Desde su campaña fue enfático en su lucha frontal contra la delincuencia y para ello ha puesto el ojo en los millones de migrantes que recibe su país. Su decisión ha sido firme, sobre todo, desde que la organización criminal Tren de Aragua se instaló en América y viene generando terror entre los gringos.
No le han temblado las manos para respaldar redadas en escuelas, hospitales y hasta iglesias. Este columnista no puede dejar de pensar en los cientos de miles de compatriotas que se encuentran en la tierra del Tío Sam en busca del ‘sueño americano’. En su gran mayoría peruanos de bien, honestos y trabajadores que, debido a la crisis económica, de inseguridad y política, tuvieron que buscar oportunidades a miles de kilómetros de su hogar.
Esto recientemente, tras el gobierno del inepto Pedro Castillo. Pero en los ochenta y noventa nuestro país vivió una gran ola migratoria cuando por culpa del terrorismo salieron miles y miles de peruanos espantados de estas tierras. Entonces, uno de los países favoritos fue Venezuela, porque en esos años gozaba de una economía rebosante, que prometía un gran futuro, gracias a su fuente inagotable de petróleo.
Muchos amigos de entonces se mudaron con sus familias completas hacia el país llanero. Crecieron como empresarios o profesionales. Formaron sus familias. Hicieron negocios exitosos y ocuparon cargos importantes. Por supuesto, con los años, el chavismo terminó destrozando esas vidas y las de millones. Recientemente pude encontrarme con esos amigos que decidieron regresar al Perú para, otra vez, volver a empezar.
Luego, con los años y hasta ahora, tras el triunfo del profesor Pedro Castillo se instaló una suerte de anarquía en nuestro país. Las constantes crisis políticas y sobre todo las económicas —recordemos por ejemplo cuando su premier Guido Bellido dijo a viva voz que expropiaría Camisea— generaron un clima tenso, incierto y tenebroso en la sociedad.
Hoy tenemos un Gobierno plagado de impresentables e ineptos que no saben cómo enfrentar la ola criminal. Una delincuencia cada vez más sanguinaria, que no conoce de límites y hasta pone ¡bombas en sedes de la mismísima Fiscalía! Y un Congreso que se ahoga en su pantano de miseria y legisla a favor de las organizaciones criminales. Son ‘padres de la patria’ acusados de violación y de haber tejido una red de prostitución en el mismo Parlamento.
Frente a este panorama de zozobra, nuevamente nuestros compatriotas se han visto obligados a migrar. Un informe reciente aseguró que más de medio millón de peruanos salieron del país sin intenciones de volver. Fuera de nuestras fronteras, estos jovencitos buscan oportunidades para poder brindarles a sus familiares una mejor calidad de vida o, en el mejor de los casos, llevárselos con ellos.
Dejan atrás a los amigos, al barrio, su comida, sus costumbres y, secándose sus lágrimas, anhelan conseguir un trabajo honesto y honrado. Hacer una nueva vida, en un nuevo país, con un nuevo idioma, en donde los cartones de años de estudio no sirven para mucho, no es cosa fácil.
Pero uno por el bienestar de la familia es capaz de mudarse al desierto del Sahara. Pero para que eso no suceda, nos queda ser más responsables con nuestras decisiones a la hora de escoger a nuestros políticos. Apago el televisor.
MÁS INFORMACIÓN: