
Este Búho, en Semana Santa, siempre recuerda su niñez con ternura y emoción. Es que la pasábamos con la familia y en recogimiento. Estaba prohibido hablar lisuras, jugar, escuchar música o contar chistes. ¡Cómo ibas a celebrar cuando Jesús sufría torturas de los romanos y lo iban a crucificar! Impensable que varios años después muchos la comenzarían a llamar ‘semana tranca’, porque juerguean y toman alcohol como cosacos.
En esos días comíamos causita con atún, parihuela de pescado o el delicioso bacalao con garbanzos de mi abuelita. Después nos íbamos a la sala a ver una película en blanco y negro en el televisor Andrea. Un clásico era ’Los Diez Mandamientos’, con el mítico Charlton Heston. Infaltable hasta hoy en la televisión en Semana Santa, pese al paso del tiempo.
Me entero de que dos cadenas de cine, Cineplanet y Cinemark, la han puesto en cartelera ayer y hoy en algunas de sus salas, pero en una versión restaurada digitalmente por la Warner Bros. Una oportunidad imperdible para disfrutarla en pantalla gigante. Tres películas clásicas en la televisión:
LOS DIEZ MANDAMIENTOS (1956): No la daban en la tele, había que ir al cine. Charlton Heston haciendo de Moisés. Después de ese filme sería el actor preferido de Hollywood para encarnar personajes bíblicos como ‘Ben-Hur’, en 1959. Fue producida y dirigida por Cecil B. DeMille y nos impactó por sus novedosos efectos especiales.
Nunca olvidaré cuando los egipcios perseguían a Moisés y sus miles de seguidores, y estos quedaron acorralados ante el mar Rojo. Fue allí donde se vio una de las escenas más impactantes en la historia del cine. Moisés alza los brazos y las aguas se abren… y los cristianos caminan entre las paredes de agua.
Fueron minutos interminables. Cuando pasa el último creyente y empiezan a llegar los carruajes egipcios, Moisés ordena que las aguas vuelvan a su cauce y las legiones de Ramsés II (Yul Brynner) perecen ahogadas. Filmada en cinemascope, los colores deslumbraban a niños que solo veíamos televisión en blanco y negro.

ESPARTACO (1960): Otro filme que nunca olvidaré. Una de las primeras películas donde vi que el héroe, el protagonista, no se queda con la bella chica, sino que termina horriblemente crucificado. Claro, después, en la universidad, supe que fue el gran Stanley Kubrick (director de ‘La naranja mecánica’) quien dirigió jovencito esta cinta.
El inacabable Kirk Douglas decidió producir e interpretar la historia de un esclavo que inició una rebelión contra el Imperio Romano y estuvo a punto de derribarlo. Recuerdo que uno de los lugartenientes de Espartaco, Antonino, era nada menos que Tony Curtis muy joven.
La bellísima Jean Simmons era Varinia, la esclava de la que se enamora perdidamente el patricio Marcus Licinius Crassus (Laurence Olivier). Al final, cuando Espartaco tiene todo para derrotar a los romanos, fue traicionado por los piratas, no sin antes ver cómo los cristianos iban felices y cantando para ser devorados por los leones en el coliseo.
Al final el gladiador también morirá, pero con la satisfacción de que su mujer y su hijo, que ella lleva en el vientre, serán libres. Un peliculón.
JESUCRISTO SUPERSTAR (1973): Es una película que deberían pasarla por TV en este año 2025. La vi en el cine Orrantia a los 12 años y la seguí viendo en cuanto cine la repetían. Habré visto 14 veces esta extraordinaria ópera rock dirigida por Norman Jewison, en base a la obra de Broadway creada por Tim Rice y el notable Andrew Lloyd Weber.
Estaba en primero de media y llegó a Perú el actor negro Carl Anderson, quien interpretaba a Judas en el filme. Es increíble que no la hayan censurado, pues el gobierno de Velasco Alvarado tachaba muchísimas películas. Es que una parte de la Iglesia Católica era progresista y pidió, especialmente al dictador, que se proyecte.
En el Orrantia me sorprendí al hallar a muchos hippies, sacerdotes y monjas. La música era alucinante. La historia de Jesús, desde el punto de vista de Judas, quien cree que está engañado por el afecto de la gente. Se cree Dios y con ellos impide la organización del pueblo judío para hacer la revolución contra el Imperio Romano.
Si Judas era negro, María Magdalena era india, interpretada por la gran cantante hawaiana Yvonne Elliman. Una de las mejores canciones la canta ella: ‘No sé cómo amarlo’. Porque en el filme la prostituta reconoce que ama al hombre y no al que dice ser el Hijo de Dios. Me acuerdo que me compré el disco y hoy tengo la película en un lugar privilegiado. Hasta asisto a las funciones que, a veces, los escolares o clubes de teatro montan sobre esta película. Un sentido mensaje desde el punto de vista del hippismo, de paz y amor. Mañana continúo con la Semana Santa. Apago el televisor.
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