(Foto de Federico Parra / AFP)
(Foto de Federico Parra / AFP)

Este Búho está muy atento a lo que sucede en el país hermano de Venezuela. Creo que los peruanos estamos en la obligación de respaldar al pueblo de ese país, que es reprimido brutalmente por el gobierno asesino de un miserable que actúa como lo hacen todas las dictaduras. Encarcelar y asesinar. Así funcionan los regímenes totalitarios. Para someter al pueblo lo acallan o matan. Y repito, de la que nos libramos con Pedro Castillo, quien tenía un plan similar para aplicar en el Perú, de la mano de Vladimir Cerrón.

Felizmente su escaso coeficiente intelectual y la negativa de las Fuerzas Armadas a apoyar su golpe de Estado nos salvaron. Pero la pesadilla es interminable en el país llanero. Lo digo porque este dictador de pacotilla ya oficializó su fraude con la intención de perpetuarse en el gobierno. ¿Alguien cree que en ese país iban a realizarse elecciones libres y democráticas?

Solo basta escuchar los testimonios de varios migrantes venezolanos en Perú, quienes cuentan la realidad que vivieron bajo el régimen de Maduro. Ellos admitieron que confiaron alguna vez en el discurso comunista, que se dejaron endulzar por un candidato en boina que ofreció a la clase pobre más empleo, mejor educación y salud, equidad social.

Pero como sucede en todo el mundo, durante toda nuestra historia, ese modelo que propuso solo fue una excusa para entornillarse en el poder, para destruir la economía y, en consecuencia, generar desempleo, miseria, crimen. “Los pobres se hicieron más pobres”, dice una entrevistada por Trome y lo retrata con ejemplos: “Con la crisis muchas veces salíamos a la calle a pedir a las amistades que nos regalaran, aunque sea, un kilo de arroz.

Muchas veces teníamos que comer el cuero de carne, hacerlo guisado. Otros días teníamos para comprar un kilo de yuca y eso almorzábamos todos”. Y esto es triste porque Venezuela tiene reservas probadas de petróleo de 300 mil millones de barriles, una de las más grandes del mundo. Y entre los años 50 y 80, el país era conocido como ‘el millonario de América’ gracias a la producción del crudo, que permitía que sus habitantes tengan el poder adquisitivo más alto de la región.

Si antes el sueldo mínimo en Venezuela alcanzaba para pagar el alquiler de la casa, la comida y los servicios básicos, hoy apenas para un cartón de huevos. ¿Y cómo hacen después? Esas escenas que nos muestran los documentales y reportajes son verídicas: niños, adultos y ancianos buscando en la basura trozos de fruta o verduras para cocinarlos en casa. Otros más avezados se dedican al robo y el secuestro.

Con el comunismo se expropiaron empresas, bajo la administración pública, y muchas fracasaron u ofrecen servicios totalmente deficientes. Los servicios de luz y agua se paralizan durante días y semanas, y dejan a la intemperie a los venezolanos. ¿Se imaginan dar a luz y que las incubadoras no funcionen por falta de energía eléctrica? Eso es lo que sucede en los hospitales de nuestros vecinos del norte.

Profesionales, con maestrías y doctorados, llevan sus conocimientos a otros países

Los profesionales, con maestrías y doctorados, han decidido llevar sus conocimientos a otros países, por eso las universidades no tienen maestros. El acceso a Internet es un lujo que solo los ‘enchufados’ al poder pueden darse. Los enfermos no tienen dinero para comprar y si lo tienen hay desabastecimiento de medicinas. Entonces recurren al mercado negro, pero allí todo cuesta el doble, el triple.

Ni siquiera quienes trabajan para el Estado tienen estabilidad económica, pues sus sueldos no superan los tres o cuatro dólares al mes. La gran mayoría que decidió migrar lo ha hecho por tierra. Con la mayoría de venezolanos trabajadores y honrados, el régimen de Maduro también exportó lacras y organizaciones criminales que ahora siembran el terror en el Perú.

Estamos advertidos. Ya los izquierdistas de este país, las Verónikas, Bermejos, Portalatinos y Sigrids, salieron a defender a ese gobernante ladrón y asesino. Pronto caerá. El pueblo de ese país tiene que resistir. Dios libre al Perú de terminar así. Apago el televisor.

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