Liam Payne y Gustavo Cerati
Liam Payne y Gustavo Cerati

Este Búho se entristeció con la trágica muerte de Liam Payne, joven musico que fue integrante de la banda británica One Direction. El cantante falleció el miércoles en Buenos Aires al precipitarse desde el tercer piso del hotel donde se alojaba. Payne cayó desde una altura de 14 metros, lo que provocó lesiones que le ocasionaron la muerte. Hubo una llamada previa a la Policía que ponía en alerta sobre un ‘hombre agresivo que podía estar bajo los efectos de las drogas y el alcohol’. Las autoridades encontraron la habitación Deluxe Suite, donde se hospedaba, en un estado lamentable. Había un televisor destrozado y restos de sustancias ilegales, además de una lata quemada y fósforos esparcidos. Al leer estas informaciones recuerdo inevitablemente a Gustavo Cerati, el líder de Soda Stereo, quien quedó en estado de coma después de un concierto en el 2010, en la ciudad de Caracas, al sufrir lo que se llamó un accidente cerebrovascular, del que el músico ya nunca despertaría.

Tras vivir y ser visto casi como un divo por toda una generación, tuvo un final trágico por el cual se tejieron muchas especulaciones, leyendas y ‘runrunes’ entre la gente del rock y la prensa. Cerati era un personaje que vivía la vida al máximo. En el penúltimo show que dio en Lima, en el 2007, luego del espectáculo de Soda Stereo por la gira ‘Me verás volver’, llegó a la discoteca ‘Nébula’ de Miraflores donde, según testigos, se integraron a su grupo personajes de la noche limeña de dudosa catadura.

Pero es falsa una leyenda que señalaba que el músico habría sufrido ese accidente cerebrovascular por consumir ciertas sustancias en Lima, en su última presentación del 2010, como solista. En aquella oportunidad llegó con su novia y, finalizada la tocada, se fue con ella a descansar al hotel. Más bien, días después, en Bogotá, ya sin la presencia de su pareja, Cerati sí habría recalado en una discoteca donde habría compensado su obligada abstinencia limeña con grandes y peligrosas ‘aspiraciones’, de acuerdo a informaciones periodísticas colombianas.

Esos excesos le habrían pasado la factura en Caracas, después de un show impecable. Empezó con un dolor de cabeza en el backstage y luego se desvaneció, hasta llegar al estado de coma definitivo. Además, Cerati, aparte de ser adicto al trabajo, fumaba 40 cigarrillos al día y bebía mucho licor.

Pero este Búho prefiere recordar cuando lo vio en vivo. La última vez, días antes del fatídico concierto en Caracas, tocó en el estadio de San Marcos, aquel 2010. El mismo día en que el inefable Ricardo Arjona daba una multitudinaria presentación ante 15 mil personas en el Jockey Club. Pero esos ocho mil asistentes al coloso universitario se comportaron como el mejor público del mundo. Incluso, Cerati se animó a decir: ‘Cuánta gente, ¿no se habrán equivocado de concierto? Este no es el de Arjona, ja, ja, ja’. Estuvo inspirado y pródigo, pues interpretó 25 canciones y todas de su época de solista, ninguna de Soda Stereo, y nadie se lo reprochó. Una pena lo de Liam Payne. Apago el televisor.

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