Transportistas hacen paro exigiendo seguridad tras ola de extorsiones. Foto: César Bueno @photo.gec
Transportistas hacen paro exigiendo seguridad tras ola de extorsiones. Foto: César Bueno @photo.gec

Este Búho no se sorprende ante la contundencia del paro de transportistas realizado ayer en Lima y esta indignación de la gente le puede explotar en la cara a este gobierno absolutamente incapaz. Miles de choferes de decenas de empresas no solo dejaron de trabajar, sino que marcharon hacia el Congreso para exigir que no los sigan matando a balazos.

Esta protesta masiva era algo que se veía venir, pues la gente está aterrorizada, desesperada y enfurecida ante el avance de los extorsionadores que los asesinan de forma vil mientras este régimen inútil hace poco o nada para defenderlos. Por eso ayer un dirigente de los transportistas lloraba de impotencia en el Congreso quejándose porque sienten que Dina y sus ministros los han abandonado. ¡Y todavía el premier Gustavo Adrianzén se muestra sorprendido por la medida de los conductores! Parecía hasta resentido y molesto por la convocatoria al paro de ayer. ¡Los están matando a sangre fría y espera que sigan trabajando tranquilitos, en silencio! Por favor. ¿O cree que la vida de un chofer de bus vale menos?

La reacción del presidente del Consejo de Ministros pinta de cuerpo entero a este gobierno inepto que está de espaldas a la realidad. Este columnista desde hace años escribía sobre las extorsiones cuando comenzaban en el norte del país y alertaba del peligro de no hacer nada para frenarlas. Se advirtió que el problema se haría incontrolable. Ahora este delito se ha extendido por todo el Perú como un cáncer maligno, haciendo metástasis. El problema no solo es en Lima, sino en todas las regiones. Y se ha visto agravado con la llegada permanente de los más terribles asesinos extranjeros, sobre todo de Venezuela y Colombia, pues saben que acá hay impunidad. Con la elección del inútil Pedro Castillo como presidente la delincuencia siguió multiplicándose porque el chotano y sus ministros, varios de ellos senderistas, rateros y prácticamente analfabetos, competían en incapacidad.

Tras el fallido golpe de Estado y la llegada al sillón de Pizarro de Dina Boluarte, que es la continuación de Castillo, han seguido en aumento los más despiadados actos criminales sin que se haga nada para detenerlos. Encima, este Congreso lleno de impresentables ‘mochasueldos’ no se queda atrás, pues da leyes que benefician a los delincuentes, como los vinculados a la minería ilegal, el narcotráfico, el lavado de activos y otros delitos. ¡En lugar de combatirlos los ayudan! Y es porque hay varios parlamentarios, o sus hermanos y otros allegados, que se dedican a esas actividades criminales y usan el Legislativo de manera miserable para burlar a la justicia.

Debe aprobarse de una vez la ley para que los extorsionadores sean condenados como terroristas urbanos y se pudran tras las rejas. De este gobierno mediocre no se puede esperar ninguna solución integral al problema de la delincuencia. Solo cuando vieron que los transportistas convocaban a manifestaciones hace días, decidieron crear un Grupo Especial para enfrentar las extorsiones. Y al ver las marchas por todos lados, se asustaron y decidieron declarar doce distritos en emergencia y la salida de militares a las calles. ¿Por qué no se preocupan en bloquear las señales de internet de las cárceles de donde salen muchas de las órdenes para extorsionar y matar? La respuesta es simple: No les importan los choferes asesinados, solo las protestas masivas como la de ayer, que les mueven el piso. Pero las extorsiones abarcan a varios miles más de peruanos, no solo transportistas, pues también son víctimas bodegueros, boticas de barrio, ferreterías, salones de belleza y hasta comedores populares.

Muchas extorsiones son planeadas y dirigidas desde las cárceles, donde los más despiadados delincuentes, la mayoría plenamente identificados, tienen bien montados centros de operaciones, con internet de alta velocidad, teléfonos y largas listas de víctimas a las que aterrorizan exigiendo cupos para no asesinarlas. ¿Por qué no desbaratan a estas organizaciones criminales y a esos reos los mandan a Challapalca? Todos estamos de acuerdo en que la Policía, que hace todo lo que puede con sus limitados recursos, se ha visto superada, entonces está bien que los militares salgan a las calles. Su trabajo como apoyo a la Policía sería decisivo en la lucha contra la inseguridad ciudadana. También urge construir de inmediato dos o tres enormes cárceles de máxima seguridad en la puna más alejada y fría para mandar allí a los peores criminales. La presidenta Boluarte está en la obligación de liderar la lucha contra los criminales, así que, como ella misma dijo, el país le exige ‘poco floro y más acción’. Apago el televisor.

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