
Este Búho observa con gran preocupación la entraña gansteril que viene mostrando este Gobierno. La presidenta Dina Boluarte cada vez más se ve acorralada por graves denuncias y sus mentiras. Por ello está vulnerando uno de los principios democráticos, la independencia de poderes. Una presidenta no puede atacar impunemente a la Fiscalía por defender a un ministro que se comporta como un matón de barrio, que ha defendido a policías que integraban organizaciones criminales y tiene en su poder reportajes periodísticos antes de que sean emitidos.
¿Estamos en una dictadura? ¿Qué es lo que se viene? ¿Mordaza a la prensa al estilo Venezuela? Mientras el Gobierno se dedica a enfrentar a los ‘caviares’, la maldita delincuencia continúa matando a choferes de buses y mototaxis por unos miserables cupos. Y hasta ponen dinamita en colegios. Así no se puede vivir.
Con Pedro Castillo llegó Dina Boluarte y ambos, elegidos por los votos de los ‘dignos’, han resultado un desastre para el país. La convulsión social que estamos viviendo es de consecuencias imprevisibles. Pero lo que llama la atención y preocupa es que en el Gobierno no haya nadie capaz de calibrar este grave estado de cosas en su real dimensión.
El país está viviendo una salvaje ola de crímenes de la delincuencia como nunca antes se ha visto, así que las autoridades no pueden seguir tomando las decisiones de siempre para solucionar el problema. Hacer eso no solo es ingenuo, sino irresponsable y hasta criminal porque las consecuencias las pagan miles de peruanos humildes con su vida.
La población reclama militares en las calles, pero que no estén solos, sino que acompañen a la Policía, a la que deben dar apoyo. La presencia de soldados armados, sobre todo en las zonas críticas que la PNP tiene identificadas, va a dar más tranquilidad a la población y de todas maneras será un disuasivo para las lacras delincuenciales.
En la actualidad, nuestro sistema de justicia, y algunas organizaciones malignas, velan más por los derechos de los hampones que extorsionan, torturan y matan, que de los ciudadanos honrados y de policías. Hoy lo normal es soltar fácilmente a los delincuentes, incluso los que fueron capturados en flagrancia, cuando debería ser al revés. Lo raro debería ser que salgan libres, pues jueces y fiscales deben entender que son una grave amenaza para hombres, mujeres y niños.
Se debe limpiar a la Policía de los malos elementos
También se debe limpiar a la Policía de los malos elementos y dar aumentos de sueldo y bonos a los agentes que hagan méritos. Hace unos meses se anunció que se destinaban más de tres mil millones de soles para construir cárceles. Estamos en una situación tan grave que ya deberían haber empezado las obras para acabarlas en tiempo récord. Acá no puede haber el pretexto de la burocracia, que retrasa incluso por años el inicio de cualquier trabajo. Lurigancho y otros penales en el país son las ‘universidades del delito’.
Para estos extorsionadores, sicarios y los que atacan a la gente que viaja en buses no hay readaptación posible. Son asesinos por naturaleza y no deberían estar con presos comunes y purgar cadena perpetua. Es imperativo enviarlos a un penal de máxima seguridad, como Challapalca, para que se mueran de frío y tengan una visita al mes y solo media hora de patio, y las demás horas estar encerrados en su celda unipersonal con solo un colchón de cemento y un bañito.
No puede ser posible que en el Perú los violadores, asesinos de niños, extorsionadores y secuestradores sean mantenidos en las cárceles por el Estado con plata de los impuestos de todos los peruanos. La delincuencia está desbordada y este Gobierno inepto le declara la guerra a la Fiscalía y a la prensa libre. Apago el televisor.
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