Este Búho no se sorprende con la capacidad de convocatoria del termocéfalo Antauro Humala en su ‘gira’ por Andahuaylas y Puno con el apoyo del Gobierno y del aparato de Perú Libre. El trabajo del etnocacerismo se veía venir desde antes que el hermano de Ollanta saliera irregularmente de Piedras Gordas.
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Resultaba un escándalo que se le validen más de tres mil horas de ‘clases’ y ‘trabajo’ a un reo que dedicaba sus horas a fumar sus ‘tronchos’ de marihuana. La salida de Antauro de la cárcel tiene una explicación: el régimen de Pedro Castillo tambalea por los abrumadores casos de corrupción que involucran a miembros de su propia familia y solo se sostiene por la cantidad de ‘niños’ comprados en el Congreso.
En un momento de histeria y pánico por una vacancia, Castillo decidió reforzar dos frentes: un siniestro plan para controlar a las Fuerzas Armadas y, por el otro lado, ‘incendiar la pradera’ utilizando la prédica rabiosa y radical de Antauro.
Según el general del Ejército Roger Zevallos, quien fue comando Chavín de Huántar, la liberación de Antauro fue parte de un acuerdo con Pedro Castillo, quien tuvo que aceptar la cuota de poder pedida por el acusado de matar a cuatro policías en el Andahuaylazo.
El general Zevallos asegura que el 18 de agosto pasado fue un día clave, pues ese día se reunieron Isaac Humala y Pedro Castillo en Palacio de Gobierno. Allí, el patriarca habría condicionado el apoyo de los etnocaceristas a la participación o entrega de la cartera de Defensa a un allegado de Antauro.
Según la versión del general Zevallos, don Isaac le recordó al chotano lo que dijo Antauro en prisión: ‘quieren dar un golpe, de frente van a entrar al golpe. El único huevón que puede aguantar ese golpe soy yo’.
Más allá de las bravuconadas de un mitómano, criminal y drogadicto como Antauro, el cajamarquino lo vio como un salvador y ordenó a su ministro de Justicia mover los hilos para soltarlo.
EL BÚHO NO SE ESCANDILZA POR EL PAPEL DEL PATRIARCA
Este columnista no se escandaliza por el papel del patriarca, pues conoció a la familia Humala en las dos campañas que me tocó cubrir. Allí me di cuenta de que don Isaac adoraba a su hijo Antauro. En conversaciones familiares hasta le decía ‘héroe’ y se sigue expresando muy mal de Ollanta tras su paso por Palacio, ya que considera que hizo un mal gobierno y no reivindicó al etnocacerismo y se volvió un ‘pisado’ por una esposa ‘borrachita de poder’.
Isaac en su juventud militó en el MIR de Luis de la Puente, que inició la lucha armada en 1965, pero se retiró porque consideraba que no se debía luchar contra el Ejército, sino que había que infiltrarse en él, ‘porque en el Ejército hay militares héroes como lo fue Andrés Avelino Cáceres’.
Fue allí donde se le ocurrió hacer que sus hijos mayores ingresaran a la Escuela de Oficiales. Quería que cumplieran la labor que no pudo concretar el general Juan Velasco Alvarado. Sin embargo, al fundar el Partido Nacionalista, don Isaac impregnó a su movimiento el tinte racista, al reivindicar como clase dirigente a la ‘raza cobriza’.
Para el papá de los Humala, es Antauro quien encarna mejor su ideología y es más ‘consecuente’ que Ollanta, quien, según la ‘ensalada cerebral’ que tiene, ‘traicionó al pueblo’. Su esposa, la fallecida doña Elena Tasso, también engreía a Antauro y, alguna vez, compartió con él sus amenazas homofóbicas.
‘Con dos homosexuales que se fusilen, ya no se vería tanta inmoralidad’, sentenció. Pero el grado de fanatismo de la familia Humala se elevó a decibeles incalculables cuando al expresidente y su esposa, la ex primera dama Nadine Heredia, se les vinculó con los millonarios sobornos de Odebrecht.
Desde la prisión, Antauro le escribió una carta a Ollanta: ‘Hermano, suicídate. Es lo mejor que te tocaría hacer en caso de que tengas una pizca de dignidad’. Hoy Antauro vuelve a estar merodeando como mosca en las mieles del poder al ser nombrado como ministro de Defensa un amigo suyo, Daniel Barragán Coloma, un militar que en 2021 postuló a la vicepresidencia de la República por el partido Unión por el Perú, muy cercano al etnocacerismo.
Desde el Congreso ya se han dado clarinadas de alerta: “Si el señor Barragán no deslinda de Antauro Humala, no debe estar en el Ministerio de Defensa”, sostuvo el almirante José Cueto, presidente de la Comisión de Inteligencia del Congreso de la República.
Fernando Rospigliosi asegura que en las nuevas condiciones con el nuevo ministro Barragán, el zarpazo al Ejército es más probable. El plan siniestro de Castillo está en marcha. Estamos advertidos. Apago el televisor.
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