Paul Flores de Armonía 10 fue asesinado por delincuentes.
Paul Flores de Armonía 10 fue asesinado por delincuentes.

Este Búho lamenta el asesinato a balazos del cantante de la popular orquesta conocido como ‘Russo’, cuando se trasladaba en bus con más de treinta integrantes de la agrupación norteña por San Juan de Lurigancho rumbo a una presentación. Era un artista joven, prometedor y muy querido por todos que deja viuda y un pequeño hijo huérfano, a quien sucias alimañas le arrebataron a su padre para siempre.

Los peruanos se sienten conmovidos por este terrible crimen y por las circunstancias en que fue perpetrado por cobardes pistoleros en moto que disparan a matar y luego huyen como las ratas que son, sin pensar en el terrible daño que le hacen a una familia. Esta dolorosa muerte debe marcar un punto de inflexión en nuestro país en la lucha contra la maldita delincuencia que todos los días arrebata la vida de inocentes.

Mañana o pasado, cuando este caso ‘se enfríe’ y ya no ocupe los titulares, no podemos voltear la página y hacer como siempre: ‘aquí no pasa nada’. No, señores del gobierno. Lo que hoy estamos viviendo los peruanos es una de las peores crisis de inseguridad de nuestra historia, solo comparada con los años oscuros del terrorismo criminal de Sendero Luminoso. El país, sobre todo desde el gobierno del inepto y ladrón Pedro Castillo, está jaqueado por sanguinarias bandas de sicarios y extorsionadores que proliferan y asesinan cuando les da la gana simplemente porque gozan de impunidad. Como no les pasa nada, siguen con su lucrativo y sangriento negocio.

No es posible que Dina Boluarte, digna heredera de Castillo, salga tan campante a decirnos que el país está progresando, que deja ‘la valla bien alta’ a su sucesor en Palacio y tiene un ministro del Interior al que abraza y felicita en público por ‘la gran labor’ que realiza contra la delincuencia. Por favor, parece que se burla del dolor de los peruanos víctimas del hampa. Y encima tiene la desfachatez de victimizarse, presentándose como blanco de injustas críticas solo por que es ‘una mujer andina’.

Si las bandas de extorsionadores siguen proliferando, matando y haciendo volar colegios y bodeguitas cada vez más es por culpa de Dina Boluarte. Ella es la principal responsable de esta debacle de inseguridad ciudadana, pues está demostrado que a este flagelo se le derrota solo si existe decisión política. Una decisión que única y exclusivamente solo a ella le corresponde.

Solo tenemos que voltear a ver a Bukele en El Salvador. Antes de él, el país centroamericano vivía sumido en el terror de la Mara Salvatrucha, la monstruosa pandilla transnacional dedicada al narcotráfico, los secuestros, extorsiones, sicariato y otros graves delitos, y que decapitaba a la gente en plena calle. Construyó una megacárcel de alta seguridad para cuarenta mil presos y comenzó a meter allí a todos esos psicópatas tatuados.

Bukele decidió comerse el pleito de los críticos, los rivales políticos y las ONG que defienden más los derechos de los criminales que de los ciudadanos de bien. Hoy El Salvador es un país seguro y la inmensa mayoría de sus habitantes viven agradecidos por la paz de la que hoy gozan. No hay fórmulas mágicas para derrotar a los delincuentes. Simplemente se necesita un gobernante con los pantalones, o las faldas, bien puestos que no tema ejercer el poder con valentía para el bien de sus ciudadanos.

Presidenta incapaz, timorata y frívola

Pero nosotros tenemos una presidenta incapaz, timorata y frívola, cuya principal meta es completar su mandato en julio del 2026 para luego cobrar su pensión vitalicia. Un jefe de Estado no puede tener miras tan minúsculas y egoístas. Los peruanos de a pie están hartos de ver a Boluarte preocupada por sus Rolex, sus cirugías y en colocar a sus familiares y allegados en los mejores puestos del Estado.

No hay que olvidar que este vergonzoso Congreso protegió hasta el final a Juan Santiváñez, quien ha fracasado de forma rotunda, por más que muestre cifras para defenderse. Sabemos que este Parlamento está lleno de ‘mochasueldos’, ‘niños’, acusados de asesinato y violación sexual, proterroristas y otros impresentables que solo defienden a criminales, corruptos y prófugos, para los que sacan indignantes leyes a favor sin que les importe el asco de la gente, pero todo tiene un límite.

Mientras toda esta miasma no se acaba, los peruanos se preguntan quién será el próximo asesinado. Porque el último sábado lanzaron una granada al centro de diversión Chepita Royal, en Puente Piedra, a plena luz del día, y pudo ser una tragedia con varios muertos. De milagro ‘solo’ hubo heridos, entre ellos tres niños. En medio de esta violencia sin control, hoy millones de escolares vuelven a las aulas. Muchos deben tomar mototaxis y buses para llegar a sus colegios, pero esos vehículos también son baleados y petardeados por los extorsionadores todos los días. Estamos tomados por mafias criminales que tienen representantes en el gobierno y el Congreso. Así el Perú no puede seguir. Apago el televisor.

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