Temible Joaquín 'El Chapo' Guzmán. (agencias)
Temible Joaquín 'El Chapo' Guzmán. (agencias)


Este Búho lee una noticia en un portal que llama su atención. Jack Riley, quien fuera el jefe de la oficina de la DEA en Chicago, saldría de su retiro para dirigir la agencia en Washington. Para los que no lo conocen, este feroz agente fue clave en la captura deel famoso líder del Cartel de Sinaloa. Riley ha comentado que desea retomar su lucha contra el narcotráfico en tiempos que el mortal fentanilo inunda varias ciudades de Estados Unidos.

Antes trabajó en El Paso, Texas, donde se enfrentó a los carteles mexicanos y hasta se supo que su cabeza tenía precio. Nunca olvidaré el día que ‘El Chapo’ fue condenado en el 2019 a cadena perpetua y a ¡treinta años más!, luego que fuera extraditado dos años antes. O sea, morirá en una prisión de máxima seguridad y todavía le deberá a la sociedad treinta años más de cárcel, que seguramente los pagará en el infierno junto a su carnal Satanás.

‘El Chapo’ se quebró cuando dijo: “Nunca más escucharé pronunciar mi nombre”. Purgará condena en una prisión en solitario y únicamente tendrá media hora de patio y una visita al mes. Solo le hablarán los guardias y lo llamarán por un número. Hoy, vemos que existe en el cable toda una alegoría al delito, sobre todo de narcotraficantes, a quienes en series de TV muy populares los pintan como personajes carismáticos e inteligentes para planificar sus sucios negocios, al punto que no son pocos quienes los admiran.

Como ejemplo se ven las historias producidas de Pablo Escobar o ‘La Reina del Sur’. Pero el juicio permitió que la gran mayoría de la opinión pública —y el jurado de Nueva York— conociera la otra cara del narcotráfico, en su faceta más siniestra. ‘El Chapo’ cobardemente ofreció ¡un millón de dólares! para que asesinaran a la modelo colombiana Andrea Vélez Fernández. Antes que los sicarios del mexicano acabaran con su vida, fue reclutada como testigo protegida por el FBI.

Vélez Fernández: ‘El Chapo’ quería silenciarla

¿Quién era Vélez Fernández y por qué ‘El Chapo’ quería silenciarla? Fue la secretaria personal del narco ‘colocho’ Alex Cifuentes. La caleña reconoció en el juicio que ella, a pedido del sinaloense, instaló una agencia de modelos en México que solo era una fachada, pues servía en primer lugar para conseguirle las más hermosas mujeres a Joaquín, quien —según la testigo— se obsesionaba con algunas, les interceptaba sus teléfonos y si eran ‘infieles’, terminaban en una tumba o eran violentadas o desfiguradas.

La otra ‘misión’ de Vélez era encargarse de que sus ‘modelos’ les ofrecieran favores sexuales a políticos y altas autoridades militares y policiales corruptas de México, por orden de Guzmán, para de alguna manera mantenerlos ‘felices’ de integrar sus ‘planillas’. También confesó que Guzmán la quería muerta porque le encargó que le ofreciera a un general mexicano ¡diez millones de dólares! para que dejara de perseguirlo.

Como el militar no aceptó, el narco pensó que Andrea lo había traicionado y pidió a los ‘Hell Angels’ (Los Ángeles del Infierno), pandilla de motociclistas, que la asesinen. La modelo pidió perdón al juez por haber trabajado por el narcotráfico. “También le pido perdón a usted, señor Guzmán. Soy la voz de muchas víctimas de esta guerra, pude sobrevivir, pero otras perdieron la vida”, sostuvo entre sollozos, mientras el condenado la miraba impávidamente.

Cuando le tocó el turno de hablar, ‘El Chapo’ dijo que con él se cometió una ‘injusticia’ y que su encierro en una prisión federal ‘es una tortura física y psicológica’ las veinticuatro horas del día. La Corte de Nueva York también ordenó que se le incauten propiedades y cuentas ascendentes a doce mil setecientos millones de dólares que deberá pagar de reparación civil.

Lo que más le ardió al narco fue cuando el juez dijo que sus crímenes fueron ‘de una maldad avasalladora’. Con la condena, al criminal mexicano se le acaba el mito del más famoso y escurridizo jefe del Cartel de Sinaloa. Era toda una ‘joyita’, pero ahora sigue pudriéndose en la cárcel, porque el crimen sí paga. Apago el televisor.

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