
Este Búho lee con preocupación los casos de extorsión que día a día aumentan en el país. Los colegios ni siquiera están ajenos a estos hechos delincuenciales, que ponen en jaque la vida de miles de angelitos. Asesinan a choferes, balean buses con pasajeros y ni las viviendas familiares están a salvo, pues ahora les cobran un sol diario por darles ‘seguridad’. En medio de este caos a niveles nunca vistos, excepto en la infernal época del terrorismo de Sendero Luminoso, otra parte de peruanos buscan distracción, olvidarse de esta pesadilla, salirse de este huaico de terror. De igual manera, hacemos los periodistas, que necesitamos despejarnos de estas mochilas que cargamos día a día. Por eso, este columnista asistió con entusiasmo al último concierto que realizó el músico argentino Andrés Calamaro, un dinosaurio rockero latinoamericano que con sus temas ha marcado a diversas generaciones. Y lo comprobé con mis ojazos, cuando vi llegar al Arena 1 a familias enteras: papás con sus hijos y hasta con sus nietos. El local totalmente abarrotado vivió, quizás, uno de los conciertos más deslumbrantes del ‘Salmón’, y lo digo con conocimiento de causa, pues desde hace dos décadas no me pierdo ninguno de sus recitales en Lima. El motivo de su gira son los 25 años que cumple su álbum ‘Honestidad brutal’, una de las producciones más importantes en su carrera y que le sirvió para saltar a las radios del mundo. Calamaro es un tipo que va a contracorriente, que desafía lo moralmente correcto, que no entiende de autocensura, que a pesar de todo es honesto con sus ideas y con sus luchas. Un rockstar en esencia. No le importa gritar sobre el escenario su pasión por la tauromaquia y su admiración por el torero peruano Andrés Roca Rey, a quien considera el sucesor del mismísimo Juli.
Muchos de los que lo seguimos y admiramos, a pesar de estar en contra de ese gusto suyo, callamos y entendemos. Alguna vez, hace varios años, en un concierto en Lima se atrevió a lanzar ‘porritos’ de marihuana al público. Un suceso que entre sus fans causó carcajadas, porque le conocemos su gusto por estas sustancias. Su último concierto fue brutal, el ‘Salmón’ entonó sus temas más populares y no dejó ninguno en el velador. Desde ‘Sin documentos’, aquel tema que grabó con Los Rodríguez, hasta esa balada cortavenas ‘Cuando no estás’, de su álbum ‘Bohemio’, pasando por los clásicos ‘Flaca‘, ‘Cuando te conocí’, ‘Paloma’ y ‘Crímenes perfectos’. El auditorio entero saltó y retumbó de principio a fin. En un intermedio, lamentó la muerte de nuestro premio Nobel Mario Vargas Llosa y de su compatriota el papa Francisco. Elogió a Los Mirlos y dijo que Gastón Acurio era el Messi de la gastronomía, lo que desató aplausos y euforia. Cerró su show con ‘Estadio Azteca’ y ‘El Salmón’. Sobre el estrado hizo varias medias verónicas al despedirse. Y la gente respondió con oles y oles. Estuvo en Arequipa y cierra su gira por Perú en Piura esta noche. Así como Calamaro, Rubén Blades con Marc Anthony y los metaleros de System of a Down también se presentaron en Lima la semana pasada. A pesar de la pesadilla que vivimos en este país día a día, los peruanos llenaron el Estadio Nacional dos veces. Esto quizá refleja los ánimos de muchos compatriotas de querer escapar, aunque sea por unas horas, de estos tiempos recios que azotan. Apago el televisor.