Este Búho lee la última encuesta de Ipsos, publicada ayer por Perú 21, donde revela que el 63% de la población cree que las acciones violentas que se han producido en Puno y otras zonas del sur andino y que han causado destrucción a la propiedad pública y privada, son organizadas por ‘movimientos políticos’. Y solo un 30% considera que se trata de ‘actos espontáneos’.
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Eso se comprueba cuando se ha visto cómo comuneros en Puno son movilizados en decenas de modernas camionetas y camiones. No seamos ingenuos. ¿Quiénes los financian? ¿Quién paga sus pasajes y su alimentación?
En Lima, las protestas se han realizado, dentro de todo, pacíficamente, bien controladas por la Policía. Pero si llegan algunos radicales desde provincias con consignas como ‘tomar la capital’, ‘hacemos un golpe’, ‘ajusticiar a policías’ y comienzan a causar destrozos y enfrentarse violentamente con las fuerzas del orden como en el sur, la situación puede salirse de control.
Ya hemos visto que los lamentables desenlaces sangrientos se han producido cuando de la protesta pacífica, el grupo de vándalos infiltrados empieza a desatar el terror y la violencia.
Según informes de inteligencia policial, son elementos remanentes de Sendero, antauristas, delincuentes contratados por la minería, tala ilegal, narcotráfico y contrabando que arrastran a una población descontenta por el abandono del Estado durante años.
PEDRO CASTILLO NUNCA SE PREOCUPÓ DE CUMPLIR SUS PROMESAS
Respeto los reclamos legítimos de la población que demanda por agua, salud y mejor educación. Pero algunos protestan exigiendo la libertad y hasta la ‘reposición’ de Pedro Castillo y no se ponen a pensar en que el ‘chotano’ estuvo un año y medio en el gobierno y se dedicó a jefaturar una organización criminal con ministros hoy fugados y presos, y con una familia de buitres.
Nunca se preocupó de cumplir sus promesas con las regiones pobres que le dieron mayoritariamente el voto para llegar a la presidencia. Y todavía dio un golpe de Estado por el que está con toda justicia preso.
Quienes piden la renuncia de Boluarte y califican de ‘legítima defensa’ la asonada, ignoran los desmanes de los violentistas.
Alguien hasta ha llegado al colmo de señalar que los responsables de la bárbara muerte del policía quemado vivo son sus superiores, porque ‘lo mandaron solo en el patrullero’. Me recuerda las épocas de los ochentas en que la izquierda se negaba a calificar a Sendero Luminoso como grupo terrorista y solo como ‘compañeros de lucha equivocados’.
DIÁLOGO NACIONAL
La presidenta pidió perdón y es un gesto que debe servir como un puente para iniciar un diálogo nacional. Hay que recordar que el gobierno mandó un avión con una comisión de alto nivel a Puno y nadie quiso hablar, ni el gobernador de la región, amigo de Evo Morales, quien se pone del lado de los violentistas que exigen la renuncia de Dina, cuando él también es una autoridad elegida. Una manera de bajar la temperatura de la olla de presión debe ser el adelanto de elecciones para fin de año.
La presidenta debe pedirlo y los congresistas deben ponerse a la altura de la gravísima situación, ya que no están tampoco en condiciones de ponerse intransigentes. Cuando se habla de diálogo, se entiende que participan dos partes.
El gobierno busca dialogar, pero no encuentra interlocutores. Los violentistas y destructores nunca darán la cara. Pero el papel de Vladimir Cerrón y Perú Libre y la izquierda debería ser más responsable. No decir ‘dialogamos si se va Dina’, mientras solo hacen política por tuit donde parece que se regocijaran cuando hay un muerto más.
El gobierno debe agotar los esfuerzos para buscar instituciones sin intereses subalternos que se conviertan en interlocutores con los manifestantes. Ofrecer un plan económico ambicioso para la macrorregión sur es indispensable. Pedir la intermediación no solo de la Iglesia Católica, sino de otras que tienen influencia en la región.
¿Qué pasó con el Acuerdo Nacional? El gobierno debe convocar a todas las instituciones de la sociedad civil. Como dijo el arzobispo de Lima, Carlos Castillo, en su homilía de ayer: ‘No destruyamos el Estado que tanto nos costó construir’. Eso es lo que está en juego hoy.
Poco a poco en provincias los ciudadanos también están marchando exigiendo el cese de las violentas protestas. ‘Marchan por la paz’ porque las economías están destruidas, como el turismo en Puno y Cusco, los comercios, los mercados, hasta los ambulantes informales son agredidos si salen a trabajar. Apago el televisor.
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