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Este Búho ya no se sorprende que en cualquier lugar del país la maldita delincuencia haga de las suyas. Todos los días los peruanos vemos violentos asesinatos cometidos por sicarios. Qué triste comprobar en lo que se está convirtiendo el Perú ante la pasividad de un gobierno pusilánime de Dina Boluarte y un Congreso sinvergüenza y, en muchos casos, vinculado a organizaciones criminales. No puedo evitar recordar algunas legendarias películas de mafiosos donde se vieron espeluznantes asesinatos.
EL PADRINO (1972): La obra maestra de Francis Ford Coppola tiene su punto de quiebre en el restaurante Louis. El ‘Turco’ Virgil Sollozzo intentó aniquilar a ‘El Padrino’, pero solo logró herirlo. Se inicia una guerra entre las familias y los Corleone buscan al ‘Turco’ para asesinarlo. El astuto narco contrató como guardaespaldas a un capitán de policía en actividad, McCluskey, y con él tiene inmunidad, pues nadie osaría matarlo junto a semejante ‘gorila’.
Confiado, pacta una reunión de paz y pide que Michael Corleone (Al Pacino) sea el interlocutor, sabiendo que es estudiante ajeno a los negocios de su familia. Lo que no sabe es que este irá con la intención de matarlo, pero deben averiguar en qué local se hará la reunión. A último minuto, averiguan que será en el restaurante italiano Louis. Escondieron una pistola en el inodoro e instruyeron que el muchacho pida permiso para ir al baño, recoja el arma, salga y dispare a los dos en la cabeza.
Michael pide permiso para ir al baño, donde coge el arma y la guarda en el saco. Regresa a la mesa y se sienta. Ya no escucha lo que le dice Sollozzo y ve a McCluskey concentrado, comiendo un plato de ternera. Se para y dispara al traficante en la frente y al policía en el cuello. El gigante se ahoga, pero recibe un disparo en la sien. Michael huye tirando la pistola.
COTTON CLUB (1984): Mafia, balas y sangre a ritmo de jazz y música negra. El Cotton Club es el local de moda, donde la mafia se reúne con políticos y artistas que desafían la prohibición. Dixie Dwyer (Richard Gere) es un trompetista blanco, engreído del jefe o jefes judíos de la mafia, Owney Madden (Bob Hoskins). Pero comete el error de enamorar a Vera Cicero (Diane Lane), la chica del mafioso y psicópata irlandés Dutch Schultz (James Remar).
Pero el estilo de perro rabioso de Schultz ya estaba cansando a los judíos que se alían con la incipiente mafia italiana, encarnada por Lucky Luciano. Cuando el irlandés quiere asesinar a Dixie en el mismísimo club y es echado a patadas junto a sus guardaespaldas, firmó su sentencia de muerte. Se va a planear venganza a un restaurante y pide solomillo con patatas, mientras se va al baño.
Dos sicarios ingresan. Uno asesina de varios tiros en la cabeza a los tres custodios. Dutch está miccionando y es ajeno al ruido. Otro sicario se encarga de mandarlo al infierno. Toda esa carnicería en medio del baile de claque del gran Gregory Hines. Solo Francis Ford Coppola pudo elucubrar una escena semejante.
CARLITO’S WAY (1993): La mafia italiana neoyorquina de los Taglialucci ha decretado la muerte del dueño de un salsódromo, Carlito Brigante (Al Pacino), al culparlo injustamente por el asesinato del capo Tony Taglialucci, cuando el verdadero asesino fue su abogado y amigo traicionero, David Kleinfeld (grande Sean Penn).
Brigante, como buen mafioso retirado, se pone a buen recaudo, pero se da tiempo para visitar a su abogado en el hospital, que está bajo resguardo y tiene una pistola bajo la almohada. Allí recibe las burlas del letrado sobre sus ‘códigos mafiosos’. “Tus códigos no sirvieron para sacarte de la cárcel”, le espeta, mientras Carlito le enseña a manipular la pistola.
Cuando se retira de la habitación del traidor, se percata de que Frank Taglialucci, el hijo del capo asesinado, se acerca a asesinar al abogado vestido como oficial de la policía. Al salir del hospital, Brigante deja caer las balas que sacó de la pistola de su examigo al piso. Cuando el hijo del mafioso ingresa a la habitación ya Kleinfeld ha sacado su arma, pero al disparar se da cuenta de que no tiene balas y el falso policía italiano le vuela los sesos. Apago el televisor.
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